Invisibilizadas por la historia, pero siempre estuvieron ahí. Las mujeres fueron protagonistas y parte del colectivo que logró un cambio real. Desde revoluciones históricas, hasta los logros más pequeños, todos ellos necesarios.
Siempre presentes, nunca protagonistas
Las mujeres han estado en todos los hitos de la Historia, pero no están en los libros de texto. Ni en las enciclopedias, ni en memoriales. Muchas de ellas asumieron papeles secundarios, pero sin los cuales no se podría haber llevado a cabo. También como protagonistas. Hablamos de guerras, revoluciones o protestas. También las que se celebran el 1º de Mayo, día de los Trabajadores y Trabajadoras.
¿Cómo se hubiera llevado a cabo una huelga sin el sostén de los cuidados, la alimentación o la caja de resistencia que organizaban las mujeres? ¿Cómo se hubiera sobrevivido en la retaguardia sin el trabajo de cocineras, enfermeras, conductoras, etc.? También han sido invisibilizados los peligros que las mujeres sufrían en todas estas situaciones: violencia sexual, falta de alimentos, de higiene, etc. Debemos reivindicar su valor, que hizo avanzar los derechos laborales.
Precedentes del 8 de Marzo
El 8 de Marzo es una de las cifras más importantes para los derechos de las mujeres, pero también para los derechos laborales de todas y todos. El 8 de marzo de dos años diferentes tuvieron lugar dos huelgas que marcaron la historia. La primera fue en 1857, cuando las trabajadoras textiles de Nueva York reclamaban sus derechos. Un sector donde casi todas eran mujeres, tenían jornadas de más de 12 horas y con un salario mísero. Además, ellas cobraban hasta un 70% menos que los hombres por el mismo puesto.
La segunda huelga de mujeres fue la que marcó definitivamente la fecha por su dramático final. En 1908, unas 40.000 costureras industriales llevaron a cabo una huelga para reclamar igualdad de derechos, reducción de jornada, derecho para unirse a los sindicatos y el cese de la explotación infantil por todo Estados Unidos. En una de estas fábricas, la Cotton Textil Factory, los patronos cerraron las puertas y un incendio empezó. Más de 120 mujeres murieron y se convirtieron en mártires de la clase obrera.
La lucha minera y las mujeres del carbón
Una de las luchas obreras que más prestigio tiene es la que en varias ocasiones han tenido que hacer los mineros de las cuencas españolas. Antes, para mejorar sus condiciones de seguridad y salarios, luego para evitar el cierre de todo un sector. Uno de los últimos ejemplos se produjo en en 1992, cuando unos 500 mineros recorrieron a pie la distancia que hay entre Villablino y Madrid. Lo llamaron ‘La Marcha Negra’.
Sin el apoyo de las mujeres, muchas de ellas parejas o hijas de los mineros, nunca se podría haber hecho. Lo mismo cuando ellas tomaron el timón de la protesta diez años después. Un centenar de mujeres del carbón de León, Asturias y Aragón recorrieron los 15 kilómetros entre Rivas Vaciamadrid y Vallecas, para conmemorar el primer aniversario de la entrada de los mineros en Madrid con la tercera Marcha Negra.
Las limpiadoras y las empleadas del hogar
¿Quiénes son las últimas heroínas de la clase obrera? Seguramente las empleadas que ni siquiera tienen la defensa del Estatuto de los Trabajadores. Las empleadas del Hogar tienen un régimen especial que las convierte en las únicas trabajadoras sin derecho a paro, con una situación de protección precaria y unos niveles muy bajos de salud laboral. Están peleando por tener el primer Convenio colectivo del sector.
Cerca de ellas están las limpiadoras. Un sector feminizado con horarios muy complicados, salarios muy bajos y alta tasa de temporalidad. Un soplo de esperanza han sido los derechos que han logrado este mismo año las limpiadoras del Museo Guggenheim de Bilbao. Ellas denunciaron una brecha salarial de hasta el 30% con sus compañeros, jornadas de 52 horas semanales y represión de sus protestas. Tras nueve meses de huelga, han logrado sus derechos.
¿Qué pasaba antes de tener derechos laborales?
Las mujeres han trabajado siempre tanto fuera como dentro de casa. No fue hasta el siglo pasado, el siglo XX, cuando se fueron formalizando las condiciones laborales de la mujer:
1910. El trabajo por cuenta ajena se autoriza para las mujeres pero con restricciones. En el caso de las mujeres casadas, sus maridos tenían que autorizar dichos trabajos.
1920. Las mujeres logran ser dueñas de su salario, sin que las casadas tengan que tener un permiso de sus maridos, ni las no casadas ser tuteladas por otros hombres de su familia, como padres o hermanos.
1933. Con la Constitución , en la II República española, se afianzan algunos derechos de las mujeres. En materia laboral, se les permite el acceso a la Administración, además de otros cargos como el de notarias o diputadas. También se sientan las bases de la no discriminación.
1938. Con la Guerra Civil y la llegada al poder del régimen de Franco se retrocede en materia de derechos laborales, sobre todo a las mujeres casadas. El Fuero del Trabajo (1938) determinó que “liberaba” a la mujer casada del trabajo “en el taller y la fábrica”.
Década de los 50. Los derechos arrebatados 20 años antes seguían sin volver. Las mujeres españolas no podían firmar un contrato de trabajo sin autorización de su marido. Además, el Gobierno prohibía a las mujeres trabajar en talleres, en la industria, en minas, construcción, ni ser notarias, inspectoras de Hacienda, juezas, etc.
Década de los 60. En 1961 se abrió la puerta a trabajar a las mujeres casadas fuera de casa y en 1966 el acceso a la judicatura, a la diplomacia y otras ramas.
1978. Con la reciente Constitución se recuperó los derechos perdidos durante el franquismo. A la autonomía financiera y laboral, se unía el principio de no discriminación. Se asentaban las bases para lograr una igualdad real. Una lucha que aún perdura.
1º de Mayo de todas y todos
Estos son solo algunos ejemplos con los que queremos conmemorar este Día del Trabajo. Un esfuerzo y una lucha que las mujeres también protagonizan.
Laura L. Ruiz, periodista especializada en igualdad