Se levanta una por la mañana, enciende la radio y le sirven un menú de noticias interesantes. Eso es lo que me ha pasado hoy cuando, entre ducha y vestido, he sido informada de que el próximo jueves, 18 de noviembre, las Cortes de Castilla-La Mancha debatirán (y aprobarán) por fin la tan anunciada Ley de Igualdad de esta región. Y, segunda noticia para un mismo menú, el presidente castellanomanchego, Jose María Barreda, ha decidido dar marcha atrás en su decisión de eliminar el Instituto de la Mujer, que se enmarcaba dentro de las «medidas de austeridad» tan de moda en estos tiempos.
Pues nos alegramos de las dos cosas, especialmente de la promulgación de la ley, aunque creemos que no es lo suficientemente ambiciosa en sus términos. Echamos de menos, sobre todo, la bajada del límite en el que las empresas estarían obligadas a realizar un plan de igualdad, que en el anteproyecto se establecía en 50 trabajadores/as, ajustándose mucho mejor al tejido empresarial de la región y de todo el país (compuesto por pymes en más del 90%).
Pues bien, el atrevimiento se quedó en intención y el proyecto legislativo que hemos conocido sólo habla de «incentivar» la implantación de medidas de igualdad y conciliación en empresas de ese tamaño, pero sin ninguna exigencia formal.
Faltó valentía y sobró miedo a molestar, aunque parece que en Cataluña (al menos esa es la propuesta de Montilla), sí se van a atrever a demandar planes de igualdad en compañías con plantillas superiores a sólo 30 empleados y empleadas.
A pesar de este paso en falso, la ley es relativamente ambiciosa en lo que se refiere al tratamiento de la igualdad en las administraciones públicas, tanto en su funcionamiento interno como en materia de contratación, ya que establece la posibilidad «de incluir en los pliegos de cláusulas administrativas particulares la preferencia en la adjudicación de los contratos de las proposiciones presentadas por aquellas empresas (…) que hayan adoptado medidas para evitar la discriminación laboral».
Además, contempla la creación de un Distintivo de Excelencia «para las empresas que acuerden con la representación legal del personal planes de igualdad y conciliación, acciones de responsabilidad social y los ejecuten«.
En fin, como decíamos en el post anterior sobre este mismo tema, ojalá que la ley vaya acompañada de reglamentos que la concreten y de ayudas e iniciativas que la hagan efectiva. Y a ver si Murcia y Galicia toman ejemplo de que es posible rectificar a tiempo de los errores y restituyen los organismos de igualdad de oportunidades que han desmantelado.
* Para consultar el texto completo del proyecto de ley, pincha aquí (a partir de la página 7 del pdf).
ACTUALIZACIÓN: Hoy, 18 de noviembre, ha sido finalmente aprobada la Ley de Igualdad de Castilla-La Mancha por unanimidad de las cortes regionales. Hemos tuiteado el debate con la etiqueta #LeyIgualdadCLM.
Enhorabuena a tod@s y a ahora, a esperar la concreción presupuestaria.