Mucho se ha hablado en estos días de las diferencias salariales entre mujeres y hombres, también nosotros desde este blog. La chispa saltó con un informe de UGT que indicaba que en España existía una diferencia salarial entre mujeres y hombres del 24%. Una de las más altas de la Unión Europea. Pero no es en los datos en lo que nos vamos a entretener hoy, sino en tratar de justificar, con tres situaciones concretas —existen muchas más—, las causas de las diferencias en el salario que a veces resultan tan difíciles de adivinar.
No es posible que un convenio marque un salario diferente, para un mismo puesto, en función de si es ocupado por una mujer o por un hombre. Constituiría una discriminación directa por razón de sexo prohibida por la ley. No hay convenios así en España. Pero que puede ocurrir …
Manuel y María trabajan en la misma empresa de peones de producción. Cuando uno de los carretilleros (hombre) se pone enfermo, el superior jerárquico de ambos (también hombre) designa a Manuel para ocupar el puesto vacante de carretillero (categoría superior a la de peón de producción) y no a María. ¿Por qué? Porque a los hombres se les presuponen habilidades y conocimientos —independientemente de que los tengan o no— que a las mujeres se les niegan. Mientras Manuel ocupe el puesto vacante de carretillero cobrará más que María; pero además, tendrá más posibilidades de promoción, ya que su convenio dice que «sólo podrán acceder a carretillero aquellas personas que tengan experiencia profesional previa».
Manuel y María van a ser padres pronto, pero no ha sido un camino fácil. María tuvo dos interrupciones involuntarias del embarazo y en el tercero ha tenido que guardar reposo desde el tercer mes de gestación. Por este motivo se ha tenido que coger la baja (Incapacidad Temporal). María ha visto reducido su salario, Manuel no.
Manuel y María han sido padres de una preciosa niña. Han decidido que, hasta que la niña cumpla un año, María reduzca su jornada de trabajo a la mitad. María verá reducido también su salario a la mitad. Manuel no.
Con el tiempo Manuel promociona en la empresa definitivamente a carretillero y luego a supervisor de equipo. Su salario se incrementa. El de María no.
Para corregir estas diferencias resulta indispensable la revalorización de los trabajos relacionados con el cuidado de las personas, el reconocimiento a mujeres y hombres de permisos iguales e intransferibles y la implantación de planes de igualdad en las empresas. ¡Ya por favor, corre prisa!