
Preparando el diagnóstico previo a un plan de igualdad en el que estamos inmersas en estos momentos, me he topado con algunos datos curiosos. Algunos tienen que ver con el asunto del acoso sexual. Se trata de ir perfilando qué necesidades y prácticas existen en la empresa para elaborar un protocolo de prevención y sanción de estas situaciones, como una parte más del Plan de Prevención de Riesgos Laborales. En realidad, todos los planes de prevención deberían incluir este tema, pero la realidad es bien distinta.
En el caso del que os hablo el protocolo todavía no existe y, sin embargo, según asegura prácticamente todo el personal en un cuestionario anónimo, todos sabrían a quién dirigirse en caso de sufrir acoso ¡¡¡¡!!!!
Se me ocurren dos opciones: o piensan acudir directamente a la policía (que sería su referencia) o son adivinos, puesto que no hay ninguna persona designada por la empresa para recibir estas denuncias. O quizá exista una persona en la dirección que genere mucha confianza en tod@s l@s trabajador@s, que estaban pensando en ella cuando contestaron a la pregunta.
Si es así, no desaprovechemos la oportunidad: ahora sólo falta identificar quién es para que el protocolo sea efectivo y sus canales de uso, los más naturales posible.
Sólo recordar una cosa más: si en una empresa se produjera un caso de acoso y el empresario/a no hubiera tomado ninguna medida para prevenirlo, como es su obligación legal, se le puede exigir responsabilidad solidaria tanto administrativa -sanción- como civil -indemnización-, aunque no haya acosado personalmente, como contempla el artículo 48 de la Ley de Igualdad. Ya reflejé este tema en un post de marzo de 2010 con motivo del Día de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, por si queréis revisarlo.
Y conviene recordar que en 2006 (no tengo datos más recientes) un 14’9% de trabajadoras españolas había sufrido acoso sexual, cifra que superaba el 20% en comunidades como Andalucía y Cataluña, especialmente entre mujeres con contratos temporales de los sectores de la industria y la construcción. Vamos, que el tema no es una broma; es un delito.
Artículo anterior
Igualdad y demografía: siempre se acuerdan de nosotras cuando llueve
1 Comentario
-
Muy interesante, es importante incidir en priorizar la resolución de forma negociada, es muy dificil probar los casos de acoso y rara vez se beneficia a la persona acosada llevandolo al ámbito jurídico. Es necesario la formación de los delegados sindicales en estas cuestiones para evitar acciones radicales.
Os invito a leer este post http://bit.ly/hfyNqe