Me acuerdo con frecuencia de cuando yo era pequeña y acompañaba a menudo a mi padre o a mi madre al trabajo. Conocía a sus compañeros y ellos y ellas a mí y aquel ambiente no me resultaba en absoluto extraño. A veces me sentaba a leer un libro en una silla al lado de la mesa de la oficina de mi padre y mi madre me ha paseado por toda la planta para enseñarles a sus compañeras mi vestido nuevo o lo que había crecido ese verano.
Me parece que hoy en día hay hijos que ni siquiera saben a qué se dedican sus padres y mucho menos han pasado un rato con ellos en el trabajo. ¿Es porque hemos bunkerizado los trabajos, separándolos del resto de nuestra vida, es por miedo a los jefes, al qué dirán de los compañeros, a que sea considerado una debilidad en un mundo hiper-competitivo?
NO estoy hablando de instalarte con la familia y el perro en el despacho o en la obra, pero sí de integrar las distintas facetas de la vida y, en el caso de los niños y de la dichosa conciliación, de recordar que no pasaría nada si el niño tiene que quedarse media hora dibujando junto a nuestra mesa porque ese día ha acabado antes el colegio.
Aunque puede que esto de lo que hablo sólo pase en las grandes multinacionales, mientras que en las pequeñas empresas el trato más «familiar» siga incluyendo reconocer que los niños existen ¿o no?
¿Me ha entrado un ataque de nostalgia o a alguien más le parece que algunas cosas han cambiado para peor?
NOTA: No me digáis que la foto no es genial 😀
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Con la crisis como excusa
4 Comments
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Para ellos es importante entender el concepto «ir al trabajo» como un lugar físico equiparable a «ir al cole».¨Mario ha venido a mi oficina y a la de su padre, ha conocido a mis compañeros, ve donde me siento y mis papeles en la mesa y se da cuenta de que, igual que él tiene que ir todos los días al cole a hacer sus actividades, mamá y papá tiene que ir al trabajo….. Lo cierto es que tampoco puede ser algo habitual pero ocasionalmente y sobre todos en estos períodos estivales (que hay más tranquilidad en el trabajo y compañeros de vacaciones) es un buena idea¡¡¡¡¡
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Estoy de acuerdo en que es bueno que las/os hijas/os se familiaricen con el trabajo de su madre y padre, que conozcan el lugar de trabajo y en esto tienen mucho que decir las empresas.
Las empresas que tienen programas de conciliación a menudo faciltan estas cuestiones y eso siempre es bueno. Yo he trabajado con alguna que teneían experiencias interesantes.
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Gracias por vuestros comentarios. Veo que estamos de acuerdo. Es que me molesta esta obsesión por ponerles fronteras a todo, como si las parcelas de la vida se pudieran aislar completamente unas de otras.
Angeles, ya me contarás cuál es la experiencia de la empresa que cuentas que lo facilitaba; tengo curiosidad 😉
Sol, que haríamos sin nuestra más fiel seguidora. Gracias por acompañarnos en esta aventura.
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Es muy valorable lo que dices aqui, y acerca de tus recuerdos de acudira al trabajo con tu padre; de hecho yo he llevado a mi hija muchas veces al trabajo; lo primordial aca y lo perjudicial del tema, es la responsabilidad civil y penal que tiene el estableciemiento donde acudes con tu noño/a; ya que si ocurriese algun accidente ya sea provocado o no; podria ser un daño irreparable.
A veces vemos el lado bueno de las cosas, pero hay que mirar todo en el contexto integro, si ocurre un accidente? que hacemos?, quien se hace responsable? hay que verlo por ahi, saludos