Seas una trabajadora o una empresa, los nuevos cambios introducidos por el Ministerio de Igualdad te afectan. Conoce las diferencias entre la baja menstrual y otras bajas médicas.
España, el primer país europeo en reconocer la baja menstrual
España se convierte en el primer país europeo en reconocer los permisos laborales por bajas dolorosas. La baja menstrual es un derecho que viene de lejos reclamándose, sobre todo por aquellas que sufren graves trastornos como dolor, calambres, vómitos y demás indisposiciones que hacen que sea muy difícil trabajar.
Pese a que podría entenderse que en un país moderno y en el siglo XXI la menstruación está normalizada, nada más lejos de la realidad. Empezando por el tabú que aún supone para muchas mujeres, sobre todo las más jóvenes. También por la pobreza menstrual, que es la imposibilidad de obtener productos higiénicos. Por eso, una de las disposiciones que acompañaba el reclamo de las bajas menstruales era también la bajada del IVA a los productos como compresas o tampones.
Diferencias entre la baja menstrual y otras bajas médicas
Es cierto que, como con cualquier problema de salud, la Seguridad Social ya cubría las bajas menstruales pero lo hacía como con otras enfermedades comunes. La nueva ley aporta diferencias:
- En comparación con la baja por incapacidad común, que se otorga por una baja médica por enfermedad común desde el cuarto día y la empresa la abona hasta la jornada décimo quinta —luego lo asume el INS o la Mutua—, el coste económico de la baja menstrual será asumido desde el primer día por la Seguridad Social.
- Las mujeres que quieran hacer uso del permiso tampoco tendrán que contar con un mínimo de días cotizados, como ocurre con otras incapacidades temporales.
- La propuesta final no fija una duración determinada para la baja, que en un primer momento se había concretado entre tres y cinco días. El médico decidirá según el estado de cada mujer.
- Como cualquier baja médica, si la empresa ejecuta un despido por disminución de tu producción y, por tanto, vinculado a esa baja médica, el despido será nulo.
Un impacto alto en la vida de las mujeres, bajo en las arcas
El Ministerio de Igualdad ha calculado que el derecho a una baja menstrual incapacitante tendrá un coste total máximo de 43 millones de euros al año. Se trata de una cifra que sale de calcular que el 1% de las mujeres en edad de menstruar en España pueden tener dolores tan graves que necesiten la baja. Igualdad apunta que unas seis millones de mujeres trabajan en el rango de edad 16-50 años y estima que el 1%, alrededor de 60.000, pueden sufrir esas reglas incapacitantes. Con un salario medio en 2021 de 21.682 euros anuales (60,2 euros al día), el coste estimado bruto de esa medida sería de casi 80 millones.
Esta cifra se ajusta a los 43 millones por la experiencia de Reino Unido, donde un estudio cree que serían muchas menos las que pedirían a su médico la baja temporal. De hecho son muchos los que comparan la baja productividad que genera ir con malestar al trabajo o estar indispuesto y creen que con la baja haría que estos datos mejoraran los días anteriores y, sobre todo, posteriores.
¿Discriminación o normalización?
Ante este anuncio, han sido muchas las voces que advierten de una posible discriminación laboral contra las mujeres si se aprobaba. En respuesta, el ministerio apunta a que las empresas no se hacen cargo de la baja menstrual. Como hemos dicho anteriormente, es la seguridad social quien se hace cargo desde el primer día de baja del salario de la trabajadora. Si no hay un coste para las empresas, estas no deben discriminar a nadie.
Pese a ello, desde Igualdad y los gabinetes de derecho laboral advierten: no se puede preguntar por la regla en los procesos de selección. Por un lado, se trata de un asunto que compete a la esfera privada de las personas y, por otro, podría ser una situación de discriminación. Una respuesta afirmativa ante la pregunta de si sus reglas son muy dolorosas sería susceptible de convertirse en un motivo por el que desestimar a una candidata respecto de otra que no sufra esta circunstancia, o de un hombre; de ahí que no pueda hacerse. Ante este tipo de preguntas, la persona entrevistada tiene derecho a no contestar e incluso a denunciar a la empresa.
Salud de las mujeres y discriminación
Como se viene denunciando desde hace un tiempo, la medicina no ha tratado por igual las dolencias de hombres y mujeres. Ante este cambio de ley y las voces que advierten que podría ser una medida discriminatoria para las mujeres se lanza un dato: según la Seguridad Social, en toda España hay aproximadamente 950.000 incapacidades permanentes reconocidas, apunta, y más de 600.000 son de hombres. Por eso, cada vez más empresas comprometidas con la igualdad cuidan de la salud de las mujeres.
Incidir en la medicina para saber la causa de ese dolor discapacitante que sufren tantas mujeres es la clave. Puede tratarse de un dolor funcional -por la inflamación del órgano al ovular-, pero también de un problema médico sin diagnosticar. Como ha sido en muchos casos la endometriosis. De hecho, una de cada diez mujeres puede sufrirla, según el Ministerio de Sanidad. El diagnóstico de la endometriosis es complicado ya que se trata de una enfermedad de origen desconocido, es decir, no se sabe por qué ocurre por lo que es difícil estudiarlo. Además, sus síntomas cambian de una mujer a otra, a lo que se le suma la idea tradicional de que “es normal que la regla duela” y no es más que un mito.
Laura L. Ruiz, periodista especializada en igualdad