Falta de financiación, una red de contactos pequeña o mercados inaccesibles son solo algunas de las barreras que enfrentan las mujeres a la hora de emprender.
Avance lento para las mujeres emprendedoras
La igualdad avanza, en todos los ámbitos, pero aún despacio en muchos de ellos. Es el caso del emprendimiento. Mientras que las leyes y los mercados se abren a luchar contra la desigualdad, sigue habiendo muchas barreras para las mujeres emprendedoras. Según el último informe especial ‘Global Entrepreneurship Monitor’ (GEM), la brecha entre hombres y mujeres se ha reducido un 36% en una década. Pese a este dato positivo, el porcentaje de mujeres emprendedoras en España está en el 4,7%, por debajo de la media europea (6,3%) y el dato de cuántas mujeres piensan emprender en el futuro no es mejor: 5,7% en España frente a un 12,4% de la media europea.
¿Qué barreras existen?
A la falta de referentes, de acceso a la formación, de trabas misóginas existen también otros problemas estructurales. Según la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres participan de media en el empleo, un 63% respecto a la tasa de los hombres. Esto significa menos presencia en el mercado y, por consecuencia, menos oportunidades para emprender. Pese a tener buenas ideas y una gran motivación, las mujeres que emprenden se encuentran con las siguientes barreras:
1. Falta de financiación.
En el emprendimiento, especialmente en las startups, es importante que la idea de negocio tenga potencial. Esto se ve reflejado en el capital de riesgo que apuestan a favor de esa idea. Mientras que el dinero que se destinó a proyectos liderados por mujeres solo tuvo el 2.8% del capital en 2019, en 2020 fue incluso menos, según Citi. Esto no ocurre porque haya menos proyectos de mujeres, sino porque se apuesta menos por los mismos. Mientras las empresas (pequeñas, medianas y micro) de mujeres son el 23% del total, ellas representan el 32% de los fondos que faltan para sacar adelante los negocios. Se trata de una situación que, según Cinco Días, arrastran las mujeres emprendedoras desde el inicio a la madurez del negocio.
2. Falta de representatividad.
Las barreras de presencia, apuesta y de consolidación de las ideas de las mujeres emprendedoras existen como un círculo vicioso. A menos representación, menos confianza. A menos confianza, menos oportunidades. A menos oportunidades, menos representación. Por eso, introducir agentes en el mercado que valoren de otra manera las propuestas de negocio podría hacer cambiar radicalmente la situación de desigualdad existente.
3. Falta de acceso al mercado
Según el Banco Mundial, 104 de 190 países tienen barreras legales para el emprendimiento de las mujeres, además de limitaciones a la participación de las mujeres en el comercio, la dificultad de acceder a los mercados nacionales e internacionales. Además de las complicaciones formales, están las informales. Los estereotipos, por ejemplo, hacen que en determinados mercados sea especialmente complicado empezar si eres mujer. Se demuestra en cifras donde se ve que las mujeres son muchas en comercios minoristas, pero muy pocas en el mercado tecnológico.
4. Escasa red de contactos
Como en otros comienzos, tener una red de contactos sólida que nos permita saber a qué puerta llamar es vital. No solo se tiene que tener un plan de negocio y unas ideas sólidas, sino también mostrárselo a quien puede apoyarnos. Ya sea con la financiación, con la etapa de desarrollo o incluso para la expansión de los negocios. Por este y otros motivos, la OIT calcula que el 50% del potencial femenino está desaprovechado, frente a solo el 20% del potencial masculino.
5. Brecha digital
La desigualdad en el acceso a las TICs, a la formación o los estereotipos machistas para trabajar en el sector tecnológico, hace que se pueda hablar de brecha de género digital. Una realidad que ocurre tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. Una auténtica barrera para las mujeres que desean emprender.
6. Falta de conciliación
Aunque el exceso de tareas domésticas o de cuidados es un peso que soportan las mujeres, muchas veces al hablar de emprendimiento se ignora. Al igual que las asalariadas, quienes ponen en marcha su propio negocio tienen que sacar tiempo de donde no lo tienen. Según el CIS, las mujeres emplean en tareas domésticas casi el doble que los hombres (3,84 horas frente a 2,06) ocupándose así del 67,2% del trabajo dentro de la casa.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad