Aunque la inequidad de sexos en las carreras universitarias tiende a disminuir, todavía es habitual que el porcentaje de hombres estudiando una ingeniería como informática sea abrumadoramente superior al de mujeres. Por el contrario, las féminas continúan predominando en carreras como Periodismo.
Si bien cursar unos estudios u otros son decisiones que toman las personas a nivel individual, también es cierto que bebemos de unos roles por sexo determinados desde que nacemos (por el color de la ropa del bebé: rosa o azul) y en nuestra infancia (juguetes para niños, camiones, o para niñas, muñecas). Por ello, no es de extrañar que la tendencia a la hora de escoger una carrera universitaria esté ciertamente marcada -aunque sea de manera inconsciente- por el condicionamiento de la sociedad en la que nos hemos criado.
Según el estudio ‘El ABC de la igualdad de género en educación: aptitudes y comportamientos’ difundido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sí ha habido progresos a nivel mundial a favor de la equidad de género en la educación, aunque siguen sin ser suficientes.
La ‘percepción’, fundamental
Este informe revela que sigue existiendo un dominio de los chicos en matemáticas y superioridad de las chicas en la lectura. «Estas diferencias no deben considerarse algo innato, sino resultado de unos comportamientos y actitudes adquiridos, y deben combatirse para lograr agotar el potencial de todos los alumnas y alumnas», indicó el director del área de Educación de la OCDE, Andreas Schleider, en su presentación.
De esta manera, tiene gran importancia la ‘percepción’ de cada individuo, algo que viene inducido en las personas por los factores sociales: las chicas perciben como «difíciles» las matemáticas, mientras que los chicos creen que la lectura es «poco relevante» para el futuro profesional. El estudio, que ha contado con el testimonio de chavales de 15 años, también revela que, preguntados por cómo se veían en unos años en el mundo laboral, solo una de cada veinte mujeres se imaginaba en una empresa del sector científico o técnico, frente a cuatro de cada veinte chicos.
Los padres también juegan un papel importante: en países del sur, como Chile o Portugal, un 50% se imaginaba a sus hijos varones en empresas científicas y técnicas, frente al 20% que pensaba en sus hijas en estos sectores. El estudio concluye en que la brecha de género en la educación persiste en el norte de Europa, en países como Suecia o Finlandia.