En Concilia2 vamos a dedicar los posts de esta semana a la Violencia de Género, ya que el próximo lunes 25 de noviembre es el Día Internacional contra la Violencia de Género.
Hoy os quiero trasladar al blog dos números que me han llamado mucho la atención y que por un lado nos muestran la realidad de la violencia de género en nuestro país, y que por otro lado, nos dejan entrever el futuro. Un futuro, eso sí, que se puede cambiar. 700 y 1007.
El presente son 700 mujeres asesinadas en casos de violencia de género en la última década en España. En 2003, con la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género a punto de aprobarse, se empezaron a contabilizar las mujeres que habían fallecido por las agresiones de sus parejas sentimentales o de hombres que lo habían sido. El resultado hasta ahora ha sido de 700 mujeres que han perdido la vida en estas circunstancias. El 2012 fue el mejor año, con «tan solo» 52 mujeres asesinadas.
Entre estas 700 mujeres no se puede destacar un perfil concreto, ni de victima ni de maltratador. Inmigrantes, españolas, residentes en ciudades o en entornos rurales, con baja, media y alta capacidad de adquisición económica, con y sin algún tipo de discapacidad, tituladas superiores y sin estudios, afiliadas a partidos políticos, estudiantes y empresarias… Esto nos muestra que la violencia de género no corresponde a un colectivo en concreto y que hay que hacerle frente en todos los ámbitos.
El futuro, que repito que se puede cambiar, son 1007 adolescentes juzgados por delitos y faltas relacionados con la violencia de género desde 2007. Concretamente, en lo que llevamos de 2013, 85 adolescentes han sido juzgados y un 10’5% de ellos eran menores de 16 años.
Este dato refleja la importancia de una educación con valores de igualdad entre hombres y mujeres. Los estudios nos indican que los adolescentes relacionan la violencia de género con fenómenos como el alcohol, el abuso de drogas, problemas matrimoniales y no con el machismo en si. Para muchos y muchas adolescentes es normal un exceso de celos por parte de sus parejas y un excesivo control. Preguntar donde, cuando y con quién se sale, registros de móviles o portátiles, son cosas vistas con normalidad por muchos jóvenes. Para prevenir este futuro, la educación es la mejor arma, dentro y fuera de las aulas.