
Ya sabemos que con la excusa de la crisis lo primero que tiende a reducirse son los derechos de los trabajador@s. Pero, ¿qué pasa cuándo al recortar derechos se recortan también los beneficios empresariales? Algo de esto puede pasar con las medidas de conciliación de la vida personal y laboral. Querido/a empresario/a: seguro que este año no le vas a poder subir el sueldo a nadie, pero existen muchas otras maneras de motivación low cost.
Muchos padres y madres trabajadores se desgastan tontamente por cosas fáciles de solucionar. Resulta que, al entrar al trabajo a una hora fija, no pueden llevar a sus hijos al colegio y tienen que montar carambolas de abuelos, tíos, vecinos o incluso contratar a una persona que les cubra ese hueco, a veces sólo por media hora.
¿No sería mejor instaurar la flexibilidad horaria de 30 minutos a la entrada y la salida del trabajo y que los emplead@s lleguen tranquilos y sin angustias? Incluidos también los que no tengan familia y simplemente prefieran dormir un rato más por la mañana y salir un poco más tarde. Haz el cálculo.
“Sin personas satisfechas no existen clientes satisfechos”. Recojo esta cita de un profesional de los RRHH , poco sospechoso de ser un sindicalista infiltrado, que abunda en esta ecuación de mejores condiciones laborales = mejor trabajo = mejor producto = cliente mejor atendido. Por supuesto, con la correspondiente exigencia de cumplimiento de objetivos, faltaría más.
¿Sabes que en EEUU un 70 % de los empleados encuestados tienen intención de cambiar de empresa cuando acabe la crisis? Porque durante estos años duros no les han tratado bien y ahora esperan para cobrárselo en forma de abandono del barco. Por eso quienes no se esfuercen ahora en cuidar a sus emplead@s valiosos porque creen que la crisis ya les retiene, fracasarán luego.
Un detalle importante: no se trata de conceder medidas de compensación laboral “graciosamente” y de arriba abajo. Se trata de poner en práctica la teoría de la participación: preguntar a los trabajadores qué necesitan antes de ofrecerles lo primero que se te ocurra. Como la anécdota de aquel benefactor que siempre le regalaba a su protegido un par de zapatos por navidad, pero nunca le había preguntado qué número de pie calzaba. Pues eso.
Ya lo decía aquel estudio internacional de Towers Perrin basado en 86.000 encuestas, que reflejaba que las medidas de conciliación son consideradas como el segundo factor más importante a la hora de atraer candidatos. El mismo informe subraya que en nuestro país éste es el primer factor de atracción del talento, por delante de otros elementos tradicionalmente más importantes, como el salario. En otro estudio de la misma consultora, la flexibilidad laboral se sitúa en el caso español en el segundo lugar entre las preferencias para atraer talento. (No he encontrado el enlace directo al informe, pero os lo cuento tal y como lo recogía El Mundo).
No conviene despistarse. Ni siquiera en estos tiempos.
7 Comentarios
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Genial el post, a ver si nos vamos dando cuenta que estamos todos en el mismo barco y de esta salimos juntos. Un abrazo
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¿Sabes que en EEUU un 70 % de los empleados encuestados tienen intención de cambiar de empresa cuando acabe la crisis?
Me gustaría saber estas cifras en España, me temo que las superan; las empresas están presionando demasiado y el retorno de dicha inversión será caro en el futuro.
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Gracias por tu comentario «padre». No sé si hay encuestas similares referidas a España, pero las buscaré 😉 Y tampoco sé si superarían esa cifra, porque los trabajador@s españoles nos caracterizamos más bien por la prudencia y la poca movilidad, pero seguro que en cuanto vengan mejores tiempos, las y los profesionales que han seguido formándose a pesar de que sus empresas los han cuidado muy poco en estos tiempos no tardarán en buscar mejores horizontes, dejando vacíos muy costosos de cubrir.
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Yo soy empresaria. Y madre. ¿Me puedes explicar por qué tengo que facilitarte tu función de madre? He dicho que soy empresaria, no soy tu mamá. ¿Porqué estar embarazada es una enfermedad? ¿Porqué las trabajadoras más vagas son las mejores madres, o al menos las que se creen mejores madres por querer estar muchas horas con sus hijos? ¿Por qué se producen tantos engaños con los embarazos y los partos? ¿Por qué las que dan leche pueden agrupar las horas de lactancia? O das leche y las necesitas o qué tontería es esa de que se convierten en una semana más de baja. Ser madre es una opción. Yo no tengo porqué pagar a nadie esa decisión. Y soy madre y soy empresaria. La diferencia es que además soy mujer y trabajadora.
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Pues porque, lo quieras o no, la maternidad (y la paternidad) existen. Y afectarán a la empresa como le afectan otras muchas cosas que pasan a sus empleados, a sus clientes, a sus proveedores… Y conviene facilitar las cosas para que todos trabajemos más a gusto y mejor: si un buen cliente no puede pagarte una vez a 30 días, le darás margen para que lo haga a 60 o a 90 porque no te interesa perderlo, pero si una trabajadora ha sido madre (o un trabajador padre) ¿no le darás ninguna facilidad para enfrentarse a las dificultades que va a encontrar a partir de ahora? Pues no me parece muy buena visión comercial, la verdad, porque los dos (cliente y empleado/a) son tus públicos más directos. Además, las medidas de conciliación que proponemos en el post no deben diseñarse sólo para padres y madres: si permitir cierta flexibilidad horaria a ti no te cuesta nada (y encima tienes más horario cubierto), ¿qué tiene de gravoso hacerlo, si además los trabajadores lo van a valorar? No importa que sea para llevar a sus hijos al colegio o para irse pronto a entrenar para la maratón.
En lo que sí estoy de acuerdo contigo es en que estar embarazada no es una enfermedad. Pero precisamente, los “engaños” con las bajas por enfermedad común en el embarazo (o con cualquier otra baja) se producen más en las empresas que no tienen flexibilidad. En empresas en las que la gente no está a gusto con su trabajo. Precisamente en las que tratan bien a sus empleados y entienden que tienen vida personal, se reduce este absentismo. Respecto a tu afirmación de que las mejores madres son unas “vagas” en el trabajo, prefiero no comentarla. En todo caso, gracias por aportar tu punto de vista, aunque no lo compartamos.
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Qué comentario, en fin. Es tremendamente fácil darle la vuelta ¿por qué las peores madres se creen mejores profesionales?
Hala, ¿ves que bien?
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Irene… totalmente contigo!
Pues yo soy, excelente profesional y super mamá!!!!! Aunque a algunos no les encaje! Me basta con que a mi hijo y a mi jefe así les parezca. Siempre estoy cuando mi hijo me necesita y así también cuando hay que terminar un proyecto. Además, trabajo en una empresa que me permite reducción de jornada y flexibilidad horaria. Eso sí, por supuesto, NO es una empresa española, no se cuestionan por qué pagarme la lactancia acumulada ya que después de 16 semanas de descanso maternal más 2 previas al parto no les importa que tarde 15 días más en incorporarme contenta y feliz. En fin… que somos europeos para lo que queremos….