De vez en cuando, tras una denuncia de la asociación de familias numerosas o de los sindicatos, algún medio de comunicación llama a Concilia2 para preguntarnos cómo está el asunto de la conciliación en Castilla-La Mancha. No porque seamos unos gurús de esos, sino porque somos casi la única consultora especializada en estos temas con sede en la región.
Esta vez fue nada menos que Televisión Española, que contó con nuestra opinión para componer una noticia sobre el estado de la cuestión para su informativo regional, cuando se cumplían once años de la aprobación de la Ley de Conciliación de la Vida Laboral y Familiar, vigente en España desde 1999. Aprovecho para dar las gracias a Amparo Álvarez (una de las mejores periodistas que conozco por estos lares) por acordarse de nosotros.
Y la verdad es que la cosa no pinta nada bien. A pesar de las expectativas que generó el Plan Regional de Conciliación 2007-2013, éstas se han ido desinflando poco a poco, especialmente en lo que tiene que ver con el apoyo a aquellas empresas valientes que se atreven a dar pasos adelante en este terreno sin tener obligación legal para ello (porque, como la mayoría de las empresas españolas, son pymes mucho menores de 250 empleados/as a las que la ley no les exige elaborar un plan de igualdad).
Y así, mientras las ayudas a las personas trabajadoras por gastos de cuidado de hijos y para compensar reducciones de ingresos se han ido convocando mal que bien año tras año (consultar convocatorias abiertas), las subvenciones a las empresas privadas para elaborar planes de conciliación de la vida personal, laboral y familiar de sus plantillas están congeladas desde 2008. Es decir, sólo se han convocado una vez en todo el periodo de vigencia del Plan. Tampoco han tenido continuidad las ayudas para contratos de sustitución destinados a cubrir bajas por maternidad, paternidad, excedencias y reducciones de jornada. Ni han llegado los reconocimientos públicos a las entidades que han apostado por este camino, ya que ni el distintivo de excelencia previsto ni la página web de «empresas por la conciliación» han pasado de ser una declaración de intenciones.
Esperamos que la futura Ley de Igualdad de Castilla-La Mancha, confirmada por la consejera de Empleo e Igualdad saliente pero cuyo trámite parlamentario se está dilatando considerablemente en el tiempo, venga a cubrir algunas de estas carencias y si es posible, mantenga su intención inicial de solicitar medidas de igualdad y conciliación formalizadas a las empresas de más de 50 trabajadores y trabajadoras, con lo que se adaptará mucho mejor a la realidad del tejido industrial de esta región.
Ya que empezamos bien, sería estupendo que termináramos aún mejor.