El sector de los videojuegos es uno de los más potentes, pero también uno de los más cerrados. Mientras las consumidoras no paran de crecer, las trabajadoras todavía sufren de discriminación y brecha salarial.
Brecha de género y puertas cerradas
Dentro del sector tecnológico y de entretenimientos, el mundo del videojuego cada vez supone un impacto más grande tanto económicamente, como en cuestión de empleos. También lo es para la representación en el mundo de la sociedad y para lograr igualdad. Por eso, sorprende que mientras el sector avanza, no lo hace de forma equitativa. Mientras el 42 % del total de ‘gamers’ en España son jugadoras, solo el 18,5% de las personas que crean y desarrollan videojuegos son mujeres. Son datos del último Libro Blanco de la Asociación de Desarrollo Español de Videojuegos (DEV), que evidencian mucho más.
Los estereotipos, las barreras de género y la masculinización del sector hacen difícil entrar. Pero más difícil es ser una igual al resto de sus compañeros. Programadoras, traductoras, artistas visuales, músicas, periodistas, comunicadoras o publicistas entre otros perfiles, afirman que sienten esta discriminación en su trabajo. Empezando por la brecha salarial: el salario medio de las mujeres es de 19.482,11 euros frente a los 22.850 euros que perciben los hombres de media. Esta diferencia de más de 3.300 euros que se extrae del Informe de las condiciones de vida y trabajo en el desarrollo de videojuegos en España, de Game Workers Unite España. Más allá del salario, también hay discriminación en las condiciones del trabajo. Para empezar la falta de estabilidad, porque las mujeres tienen un contrato indefinido en el 45,84% de las trabajadoras, mientras que asciende al 69,52% de sus compañeros.
Acoso laboral y violencia contra las jugadoras
Según el mismo estudio de Game Workers Unite España, un tercio de las mujeres encuestadas (más del 33%) han sufrido acoso dentro de la industria del desarrollo de videojuegos. Unos datos que a nivel globales empeoran. Así lo demuestra la asociación sin ánimo de lucro FemDevs, que denuncian la discriminación laboral que sufren las mujeres en el sector. Mientras que una mayoría de hombres (un 86,32%) no ha sufrido nunca una experiencia de discriminación en su ambiente laboral de la industria, la cifra se reduce a únicamente a un 40,74% en el caso de las mujeres, por lo que más de la mitad de las trabajadoras se han visto discriminadas.
Una situación que empeora incluso entre las ‘gamers’. Según un estudio de Research3 Insights y Lenovo con más de 900 encuestadas, el 77% de las jugadoras se ha sentido discriminada por su género durante una partida. Los comentarios más recurrentes vienen acerca de poner en duda sus habilidades (70%), comentarios sexistas sobre su condición de ‘gamer’ inferior (65%), condescendencia (50%) o peticiones de relación (44%). Además, este mismo estudio, reconoce que el 59% de las mujeres no revela el género al que pertenece para evitar el acoso durante las partidas. Después de ver vídeos que recopilan comentarios insultantes, machistas y violentos cuando se significan, no extraña.
Estereotipos en los personajes, reflejo de la realidad
Que la inmensa mayoría de los desarrolladores y creadores de videojuegos sean hombres, genera la falta de diversidad que en general se denuncia en la tecnología. Un mundo virtual creado desde estereotipos y solo un punto de vista que nos perjudica a todas y todos. Empezando por los personajes femeninos. Gisela Vaquero, de Women in Game España, señala las ‘cuatro S’: los personajes femeninos son secundarios, suelen ser víctimas que han de ser salvadas, son las sumisas y están en general sexualizadas.
Por eso es tan importante que los referentes también existan en los videojuegos. No solamente que haya mujeres produciendo, creando, diseñando, programando y comunicando los videojuegos, si no que haya juegos que promuevan la igualdad. Es el ejemplo de Horizon Zero Down, 3 chicas in Tech o de la saga Finding Teddy, entre otros.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad