Llegan las fechas de reuniones familiares y con amigos, normalmente para comer y a cenar. Muchas de ellas se producen en casa. También llega el bombardeo de anuncios de todo tipo de productos. Por desgracia, vemos publicidad año tras año sin que los estereotipos de género que se producen en Navidad cambien definitivamente.
Los grupos de mensajería instantánea echan humo, bromas, felicitaciones y… Recetas de cocina en numerosos casos de grupos de amigas. También planes para salir de bares o jugar un partido deportivo en numerosos grupos de amigos. ¿Te resulta familiar? Cuadrillas de chicos tomando la última caña o viendo la televisión, antes de ir a cenar a mesa puesta. Mientras, sus parejas o madres han preparado todo, limpiado la casa, cuidado de los niños y puesto la mesa. Esto también te suena, ¿verdad?
No es algo que ocurra de manera ocasional, sino que sucede año tras año, como si fuera una tradición. Son estereotipos navideños, pero en lugar de entrañables como los reencuentros familiares, resultan francamente injustos y fomentan la desigualdad. Vamos a ver algunos de ellos.
Estereotipos de género que se producen en Navidad frecuentemente
Reparto desigual de las tareas domésticas
Desde pequeños tenemos grabadas en nuestra mente las imágenes de nuestras abuelas, madres y tías en la cocina preparando los platos que se iban a degustar en estas fechas tan especiales. Y posteriormente poniendo y quitando la mesa. También fregando y recogiendo. Mientras tanto, nuestros abuelos, padres y tíos permanecían sentados.
En muchos hogares, esta situación se sigue manteniendo. Son las mujeres las que se encargan de realizar las tareas domésticas, mientras ellos están practicando sus hobbies, descansando o charlando tranquilamente.
Vacaciones maternas para cuidar a los niños
Aunque la denominación vacaciones implica descanso, son muchas las madres que se reservan días para poder pedirlos ahora. El motivo es cuidar de los niños durante sus vacaciones escolares.
Mientras, los padres siguen trabajando y se van de vacaciones cuando toca descansar, pero no para el cuidado de los benjamines.
Publicidad que fomenta los estereotipos de género
Nos hartamos de anuncios publicitarios en los que vemos a la madre realizando tareas domésticas, cocinando y atendiendo solícita a los familiares, a los vástagos, a los invitados y al cónyuge. Mientras, todos están felices y contentos con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Por qué no hacen anuncios en los que todos colaboren en las tareas domésticas? Porque todavía es minoría y eso no resultaría normal, aunque si llamaría a la reflexión y predicaría con el ejemplo.
Además, también están los anuncios en los que la chica mona se deja guiar por las explicaciones del chico, porque claro, él lo sabe todo y ella no es capaz de pensar por sí misma. ¡Bastante tiene con ir perfecta todo el tiempo!
O aquellos en los que ellas caen rendidas, e incluso desmayadas ante los encantos de la belleza y el encanto masculinos. ¡Pobres damiselas que nunca han visto a un hombre guapo! ¿Dónde viven, en una caverna?
Sin duda, son unas fiestas entrañables, pero lo serían aún más si se acabara de una vez por todas con los estereotipos de género que se producen en Navidad. Partamos cada uno con un pequeño paso, un pequeño cambio que haga efecto onda de agua hasta que se convierta en un gran cambio para todos. ¡Feliz Navidad!