Después de más de diez meses desde que se activara la alerta global por pandemia toca pensar qué han aprendido las empresas de esta situación. Un estudio analiza con más de 150 directivos y directivas qué han aprendido de esta crisis sanitaria con perspectiva de género.
El liderazgo femenino, el teletrabajo regulado y una buena vinculación social con el equipo son los puntos más importantes que destaca el estudio de la Universidad Pompeu Fabra titulado ‘Cómo liderar presencialmente y en remoto a raíz de la crisis de la Covid-19’. Se trata de un trabajo en el que se ha consultado a más de 150 directivos y directivas (desde CEOs hasta responsables de Recursos Humanos) en condición de paridad. Una vez dejado atrás el ‘techo de cristal’, el ‘suelo pegajoso’ o el ‘acantilado de cristal’, podemos valorar en común. Ellos y ellas han valorado los problemas anteriores a la crisis sanitaria, las soluciones de urgencia tomadas y lo aprendido. Con todo ello, se perfilan una amalgama de ideas que hacen pensar por dónde deben ir las cosas en el futuro de las empresas post Covid.
Crisis sanitaria, pero también económica y social
Desde marzo de 2020 hasta ahora, cerca de cumplir el año, son muchas las empresas que han tenido que cerrar, parar su actividad temporalmente o seguir con la incertidumbre. Y con ellas, miles de trabajadores y trabajadoras que han visto como su oportunidad de encontrar un empleo ha desaparecido o han perdido el que tenían.
El recuento oficial lo refleja. España ha perdido 370.000 empleos, tiene a 750.000 personas en ERTE y ha destruido 86.000 empresas. De estas, el 98% de las compañías que han cerrado tenían menos de 50 trabajadores y trabajadores. De hecho muchas contaban con un solo empleado. Con este presente y este futuro, con la tercera ola del covid-19 arrancando, es de esperar que se pregunten qué tipo de liderazgo hará salir de la crisis.
Mujeres y mayores de 45 años, el liderazgo deseado
Entre los entrevistados en el estudio no hubo duda: el liderazgo femenino es el deseado en tiempos de pandemia. Tanto hombres como mujeres creen que el liderazgo femenino es mejor en tiempo de pandemia. El 78% de los cargos directivos cree que en tiempos de crisis lideran mejor las mujeres que los hombres. Una opinión unánime entre las mujeres y preferente entre los hombres consultados. Preguntados por la edad, el 62,8% de las personas encuestadas está de acuerdo en que las personas mayores de 45 años deben ser los líderes frente a otros más jóvenes.
Mirando fuera de la empresa son numerosos los ejemplos de liderazgo femenino frente a la pandemia y numerosas también las grandes corporaciones que han decidido poner a mujeres en los puestos directivos. Pero bien, la autora del estudio, Sílvia Cóppulo, se pregunta “si el lugar preeminente que ahora pueden ocupar mujeres líderes se mantendrá una vez concluida la crisis por la Covid-19″.
¿Cómo debe ser el liderazgo post covid?
Casi la totalidad de los entrevistados y entrevistadas considera que, por la pandemia, es necesario que se piense, actúe y lidere de una manera distinta y más activa. Esto se traduce a una mejor comunicación interpersonal y mayor inteligencia emocional. Que el o la líder puedan transmitir confianza, certeza y motivación al resto del equipo. Crear una visión común y coherente y concretar los objetivos, añade el estudio.
Concretando, se menciona que el líder debe saber comunicarse con su equipo de forma más cercana -sustituyendo mails por videollamadas, por ejemplo, confianza más en el trabajo colaborativo y equilibrando el control presencial por la confianza en el trabajo en remoto.
Rasgos de las mujeres líderes
Se dice que no es que sea mejor una mujer o un hombre liderando, si no que es el estilo lo que es mejor. Así, podríamos resumir que el liderazgo femenino que se considera efectivo en estos tiempos tiene que ser:
- Persuasivo. Mostrar asertividad, visible y efectivo. La capacidad empática y la flexibilidad a la hora de gestionar son una característica muy apreciada por el equipo.
- Abierto a escuchar. La decisión final no tiene que reflejar necesariamente el punto de vista inicial del líder. En el proceso, el buen liderazgo, demuestra intención de aprender, reflexionar, para luego implementar un plan que incorpore lo mejor de las ideas recogidas de forma compartida y abierta.
- Información bidireccional. Incorpora hechos y perspectivas procedentes a la toma de decisiones. La información sigue siendo poder.
La apuesta por el teletrabajo
Es difícil calcular cuánta gente está trabajando en remoto que no lo estuviera haciendo antes y cuánta se quedará en remoto después de la crisis sanitaria. El sindicato UGT calcula que el 57% de los trabajadores y trabajadoras -tanto por cuenta ajena como propia- podrían teletrabajar. Un porcentaje que puede sorprender debido al poco trabajo en remoto que se hacía antes de marzo del pasado año en España comparado con el resto de los países de la Unión Europea.
Según datos del INE, en 2019, el 91,3% de la población ocupada asalariada no había teletrabajado nunca. Solo lo habían hecho ocasionalmente el 4% del resto y únicamente el 4,6% del total había trabajado en remoto más de la mitad de sus días laborables. Estas cifras sitúan a España en la banda baja de la tabla en comparación con el resto de los países de la Unión Europea. La falta de necesidad de cambio y la brecha digital están detrás de ella.
Bueno para la conciliación, no para promocionar
Volviendo al estudio, destaca algo importante: mientras los hombres ven inconvenientes, las mujeres solo ven ventajas en el teletrabajo. La mayoría de las personas entrevistadas considera que el trabajo en remoto no afecta a la productividad en general, aunque casi la totalidad de los y las encuestadas creen que aumenta la suya. A pesar de ello, más de la mitad de esas personas (51,3%) considera que el trabajo en remoto tiene más inconveniencias que ventajas.
La autora del estudio destaca que cuando las restricciones sanitarias amainan, los hombres son más propensos a volver al presencialismo. “Ellas, en cambio, -comenta Cóppulo- continúan quedándose más a trabajar desde casa, ‘tentadas’ de poderse ocupar del cuidado de la familia y del hogar, y asumiendo mucho más que sus parejas masculinas las tareas domésticas”. Además destaca que “quedarse a trabajar en casa” en vez de “salir a trabajar a la oficina” puede repercutir negativamente en la promoción profesional de las mujeres al no estar en los encuentros no formales.
Oportunidades para el futuro
De un problema, una oportunidad. Según las consultoras laborales, Madrid y Cataluña son las regiones donde más podría crecer el teletrabajo. Una cuarta parte, el 22% de los y las trabajadoras, de media podrían desarrollar su jornada habitualmente en remoto. Durante el confinamiento (primavera 2020), el 42,8% de las empresas españolas implantaron medidas de teletrabajo para continuar con su actividad, según Randstad, por lo que podríamos estar ante una oportunidad de cambio en el paradigma empresarial.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad