Gamificación, una oportunidad para la igualdad

Gamificación, una oportunidad para la igualdad
23 diciembre 2022 Laura L. Ruiz

Ya sea en formato videojuego o con tablero, cada vez hay en el mercado más ideas para fomentar la igualdad a través de la gamificación. En las aulas, en la empresa o en el hogar. Estas navidades regala gamificación feminista. 

Qué es la gamificación y para qué sirve

La gamificación es un término que ya lleva usándose una década y designa a todas las herramientas que hacen lúdico el aprendizaje. Para ello nos podemos valer de dinámicas, mecanismos o reglas propias de los juegos, pero aplicadas a adquirir un conocimiento de manera más divertida y práctica que el mero estudio. Se trata de un concepto acuñado en 2003 por el desarrollador y programador de software Nick Pelling. Él observó que la cultura del juego estaba proyectando un nuevo escenario con la capacidad de transformar a la sociedad.

De ese momento a ahora, la gamificación se ha utilizado para muchos objetivos, incluido el de la igualdad. Se ha empleado, por ejemplo, para aprender programación, usando poco a poco el lenguaje aprendido para lograr mover a un personaje por la pantalla. Esto se ha logrado con Python y el juego de rol Dragones y Mazmorras.  También en el ámbito sanitario para hacer más llevaderas las curas a los pacientes con quemaduras, por ejemplo. Esto se ha hecho gracias a la realidad virtual con juegos de esquiar y se ha demostrado efectivo

El objetivo principal de la gamificación no es otro que usar el juego para fomentar aspectos como la motivación, el fomento del aprendizaje de determinados temas, el refuerzo de conductas positivas o aumentar la productividad, por ejemplo, en las empresas.

Participación activa sin sesgos

Gran parte de lo que se está investigando y aplicando de la gamificación, se está desarrollando en las aulas. Tanto de infantil como en las universidades. Ejemplos hay muchos, desde fomentar los juegos a través de avatares, hasta impulsar el compromiso de los padres y madres en la educación de los hijos e hijas. Algo tan clásico como jugar a conseguir más estrellas al hacer las tareas asignadas pero con nueva tecnología y nueva ‘interface’. 

Juegos como Socrative o Kahoot son un ejemplo de gamificación que tiene un valor añadido: fomenta la participación del alumnado con encuestas y chats a los que acceden gracias a una aplicación. Las dinámicas de los cuestionarios tienen un límite de tiempo y hay un ranking que gamifica el aprendizaje. El juego Ta-Tum, por poner otro ejemplo, busca fomentar el gusto y el hábito por la lectura en los más pequeños. Válido para primaria y secundaria.

Gamificación en las empresas

Aunque parezca que hablamos de algo de jóvenes y adolescentes, la gamificación llega a todas partes. Desde la forma en la que están configuradas las aplicaciones móviles más usadas (con el sistema de recompensas por usarlas) hasta la empresa. Las compañías e instituciones buscan nuevas maneras de motivar a su plantilla y de aumentar la productividad. Así, la gamificación ofrece muchas otras posibilidades, como la de analizar el comportamiento de los empleados y empleadas, favorecer la implicación con la empresa o conocer su reacción ante estímulos o nuevas iniciativas. Todo ello de manera dinámica.

Esto también tiene que ver con la igualdad, ya que la empresa puede fomentar esa implicación en la materia gracias a la gamificación. ¿Cómo? Debemos entender que se pueden desarrollar actividades o juegos para sensibilizar sobre acoso laboral (roles), sobre la discriminación por sexo (situación) o sobre la gestión de la diversidad. También para hacer que desaparezcan determinados roles y estereotipos de género que tenemos arraigados en la sociedad. Por ejemplo, podemos presentar un juego que ponga a las empleadas y empleados en situaciones que les hagan debatir sobre el papel de hombres y mujeres dentro de la empresa, resolverlas de manera colaborativa y donde la empatía destaque. Y todo ello puede estar contemplado en los Planes de Igualdad. 

Igualdad a través del juego

Los expertos en gamificación explican que se puede regular diferentes objetivos empresariales gracias a estas nuevas técnicas lúdicas. Podemos, en primer lugar, fomentar la competitividad sana. Con juegos en grupo, por ejemplo. Por otro lado, las dinámicas de los juegos permiten destacar perfiles como el de líder o lideresa. Además, cumple objetivos corporativos como la implicación de los valores de la empresa (como la igualdad) y reafirma su implicación en la cultura empresarial. También ayuda a crear un clima para desarrollar la creatividad y los canales de comunicación con RRHH y con la dirección. 

Por último, otra cosa que confirma que la gamificación es una oportunidad para la igualdad es que los juegos premian a los mejores jugadores: sin que su género, edad, identidad sexual o rango importen. Fomenta la igualdad a través de los resultados obtenidos. 

Juegos para concienciar a la juventud

Si pensamos en videojuegos para fomentar la igualdad podemos ir a unos más sencillos o tener una inmersión en realidades duras. Si queremos saber si un videojuego ‘comercial’ fomenta la igualdad, la activista Machacasaurio en Feminismoen8bits da las claves para ello. Algunas son ver las diferencias entre personajes activos y pasivos, que sí hay escenas sexuales estén justificadas, que la maternidad no se vea como un castigo y mucho más. 

Si lo que queremos es que la gamificación sensibilice sobre problemas sociales que afectan a las mujeres, hay muchos títulos. Está ‘Tampon Run’ para acabar con el tabú de la menstruación, sobre todo en chicas jóvenes. El juego de rol VONA desde el GenderMuseum de Ucrania para, gracias a un escape room, desechar todos los conceptos machistas que una mujer debe sobrellevar. O Chuka, donde cualquier jugador se enfrenta a la violencia contra las niñas o las mujeres representada en una comunidad de videojugadores y el ciberacoso. No será que la gamificación no es una oportunidad para la igualdad.

Recomendaciones para regalar esta Navidad

Fuera del campo de los videojuegos, también hay mucha gamificación. Es el caso del juego de mesa Feminismos reunidos. Lo sacaron gracias a un crowdfunding desde el pódcast feminista Sangre Fucsia y lograron visibilizar la historia de las mujeres con 1200 preguntas que siempre quedan fuera de otros tipos de Trivial. Otro ejemplo de gamificación como oportunidad para la igualdad es ‘Súper Puntalilla’. Se trata de un personaje creado en Murcia y al cual el alumnado debe ayudar a recuperar las ‘femitinas’, estrellas que facilitan tener perspectiva de género. 

Si lo que queremos es deslumbrar estas navidades con regalos feministas y divertidos, tenemos varias recomendaciones. Desde videojuegos como Los Sims -un clásico que permite elegir caracteres y funciones en sus personajes sin estereotipos de género- hasta el juego de cartas Bubblegum Stuff. Se trata de identificar referentes femeninos con altos valores para las jóvenes, como Greta Thunberg o Rosa Parks. Entre tablero y videojuego está Cósmica, que a través del chat bot de Facebook hace preguntas sobre las normas impuestas por la sociedad alrededor de la mujer. Y no nos olvidemos del juego de cartas Herstóricas que trata de visibilizar y sacar de la desmemoria a las pioneras como las Sin Sombrero.

 


Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad

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