Si sois seguidores y seguidoras fieles de este blog, ya sabréis que la semana previa al 25 de noviembre, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia de Género, nos gusta ofreceros contenidos acerca de este tema. Empezamos con un tema interesante, un fenómeno que se puede dar tanto dentro como fuera de la violencia de género. La dependencia emocional. Si te interesa, no dejes de leer este post.
Muchas veces leemos en los medios y oímos hablar de una situación parecida a la siguiente. Una mujer, ha sido maltratado por su pareja, le denuncia pero luego retira dicha denuncia, defiende a su agresor ante las autoridades, familiares y amigos e intentan dar la sensación o la imagen de «aquí no ha pasado nada». ¿Porqué sucede esto? En muchos casos, la respuesta es la dependencia emocional.
La dependencia emocional se puede definir como la necesidad afectiva exagerada. Principalmente, esa necesidad se manifiesta hacia sus parejas pero también pueden aparecer hacia sus padres, hijos o alguna otra figura de referencia que sea importante o ilusione a la persona, hombre o mujer, con dependencia emocional. Cada una de esta tipo de relaciones tienen la característica común de estar basadas en la sumisión.
Estas personas presentan una serie de características marcadas y, en la mayoría de los casos, fácilmente reconocibles:
– En primer lugar, tienen una gran necesidad de aprobación de si mismas y de las tareas que llevan a cabo.
– Se subordinan en las relaciones afectivas que establecen, especialmente en las relaciones de pareja.
– Tienen pánico a la soledad y un miedo irracional a que la relación afectiva se acabe.
– Idealización extrema de las parejas.
– No esperan respeto y amor de los demás hacia ellas mismas, ya que no lo sienten por si misma. La falta de autoestima y autoreconocimiento es una característica básica.
En el caso de la violencia de género, la mujer dependiente emocional se vuelve codependiente de la pareja hasta el extremo de perdonar las agresiones y no contemplar la posibilidad de dejar la relación con su maltratador. Se aleja de su familia y amigos y aguantan por el simple miedo de quedarse a solas. La dependencia emocional es una teoría que explica la situación que hemos expuesto al principio de este post, es decir, la permanencia de la mujer maltratada con su agresor.
Por último, otro término que se utiliza en estos casos es el apego paradójico (Saltijeral, Ramos y Caballero 1998). El apego paradójico explica la situación de aquellas mujeres que, una vez instalada la violencia física o verbal en su relación de pareja, creen que deben seguir luchando para que su pareja cambie.