Este pasado fin de semana ha caído en mis manos un suplemento extra del diario El País sobre Responsabilidad Social Corporativa que no he sido capaz de encontrar on-line. Lleva fecha de 21 de noviembre de 2010 y está incluido dentro del suplemento «Negocios» de los domingos (las páginas salmón de toda la vida).
RSE en las pymes
Entre varios reportajes interesantes, hay uno que me ha saltado a la vista. Se titula «Los pequeños tiran la toalla» y describe cómo la crisis ha obligado a un tercio de las pymes a abandonar sus proyectos de RSE. El artículo está basado en el Informe Forética 2010 (al que deben de haber tenido acceso en exclusiva, porque todavía no está publicado), que constata este alarmante retroceso en el compromiso de la mayoría de las empresas del país en materia de sostenibilidad y compromiso social.
Un dato alarmante que cita El País sobre ese informe es que «cuatro de cada diez empresas con menos de 100 empleados ni siquiera sabe lo que es la RSC» y «la mitad de las pymes encuestadas considera que es una cuestión de imagen que afecta solo a las grandes empresas». Frente a esto, el 83% de las grandes y medianas compañías cree que la importancia de la RSE aumentará en el futuro.
Sin hacer informes tan exhaustivos como los de Forética, sino tan solo extrayendo conclusiones de nuestra experiencia del día a día, desde Concilia2 ya contamos en un post del pasado mes de mayo que a las pymes de nuestro entorno eso de la RSE les suena a chino. Porque todas las noticias que les llegan están relacionadas con grandes multinacionales, porque los indicadores de medición son demasiado prolijos y ajenos, y en general, porque sufren cierta a alergia a lo conceptual.
Parece que los proyectos ambientales y los de acción social, más costosos económicamente que otras iniciativas de RSE, han sufrido el mayor abandono. Pero también las medidas de conciliación personal, familiar y laboral, aunque muchas pymes ni siquiera las incluyen como acciones de responsabilidad social, igual que ocurre con las políticas de igualdad de oportunidades dentro de la empresa, como la promoción de las mujeres en puestos directivos.
A pesar de que en España se están haciendo algunos esfuerzos por acercar la responsabilidad social al tejido empresarial mayoritario en el país -constituido fundamentalmente por pymes y micropymes- como el Congreso Nacional de RSE celebrado este mismo año en Zaragoza o la aplicación creada por la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) para elaborar un reporte básico y comparable de RSE (con su propio cuadro de indicadores, que permite su elaboración y publicación on-line) y numerosos manuales específicos, las cosas van de mal en peor.
¿Qué podemos hacer para no perder todo el terreno conquistado con las pymes? ¿Le cambiamos el nombre a la RSE? ¿Es la ley de Extremadura el camino?
Lo que me deja peor sabor de boca de toda esta realidad es que muchas pequeñas y medianas empresas que habían apostado por integrar la RSE en su gestión han perdido su confianza, porque, dicen, «la inversión realizada en ello no les ha salvado de la crisis económica». Y digo yo, ¿esperaban que lo hiciera?
4 Comments
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Hola!
una entrada muy interesante.Tenemos que hacer ver a las Pymes que un pequeño esfuerzo en RSC ahora supondrá un retorno positivo a medio/largo plazo, sobretodo en tiempos de crisis.Aprovecho la ocasión para dejar el enlace a la nueva web- repositorio de informes RSC, donde todo tipo de organizaciones pueden elaborar su Cuadro Central de Indicadores (CCI-RSC) (27 indicadores) de forma rápida, sencilla y gratuita.
Saludos a tod@s! -
Muchas gracias por tu comentario, Alejandro. Habéis hecho un buen trabajo en AECA. Tuve oportunidad de conocerlo en el Marketplace de Forética y, aunque es menos vistoso que otras iniciativas, me parece muy valiosa.
A ver si entre todos y todas conseguimos incluir la RSE en el vocabulario y en la práctica de las pymes españolas.
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Bueno, por mi experiencia sé que para pequeñas empresas (sobretodo micrros.), La RSC no deja de ser una serie de indicadores de escaso valor práctico y que lo único que implica es tirar el dinero en cosas inútiles. Siento discrepar con los que pensáis que la RSC tiene alguna utilidad para las pymes más pequeás, y dudo que para las grandes no lo hagan sólo por una cuestión de imagen.
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Hola Nacho. Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario.
En realidad, no difiero mucho de tu opinión sobre el hecho de que las pymes más pequeñas «ven» la RSE como una lista de indicadores. El debate está justamente en cómo transmitirles que los indicadores son una manera de medir, pero no son «el hecho responsable» en sí. La verdad es que muchas pequeñas empresas mantienen prácticas de RSE sin sistematizarlas o simplemente sin reconocerlas como tales, por la simple costumbre. Te podría poner ejemplos de varias pymes con buenísimas medidas de sostenibilidad.
En cuanto a lo que dices de las grandes, sin duda le sacan rentabilidad en términos de imagen y reputación. El problema no es comunicar la política y las acciones de RSE que se emprendan, el problema es cuando no hay nada detrás, cuando esas acciones quedan al margen de la cultura de la entidad. Eso es lo que hay que intentar desenmascar.