El Consejo de Europa impuso la necesidad de acabar con el lenguaje sexista en la administración en 1990. ¿Se ha logrado más de 30 años después? La respuesta es no. Recomendaciones y nuevas tecnologías es lo máximo que se ha logrado en la Administración española independientemente de su nivel.
Alternativas inclusivas al masculino universal
Desde el Ministerio de Igualdad hasta el máximo órgano de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Todos coinciden en que el lenguaje importa. Lo hacen con guías y recomendaciones para rectificar los sesgos de género y lograr un lenguaje inclusivo. Un lenguaje que debe empezar por las instituciones, pasando por los medios de comunicación y por la Administración pública antes de llegar a la sociedad de forma generalizada. Un compromiso de todas y todos.
Desde el CGPJ, explican que son “normas mínimas para evitar la discriminación de la mujer en el lenguaje administrativo” en su ámbito. Recuerda que es de recibo usar el masculino y femenino según corresponda y que términos como jueza o magistrada están aceptados por la RAE. Por lo que no es de recibo seguir usando juez cuando la titular es una mujer. Lo mismo indican con los genéricos, donde existen alternativas inclusivas al masculino como universal.
Desde el Senado a los ayuntamientos
Lo mismo ocurre en un alto nivel de la Administración, como es el Congreso y el Senado. Estas cámaras de representantes estatales tienen una revista en la que se publica un artículo que aboga por hacer de los textos administrativos no sexistas, a la vez que entendibles. Un trabajo donde “tratamos de presentar las herramientas que la lengua nos ofrece para evitar utilizar un lenguaje que pueda ser percibido como sexista o no inclusivo, analizando las ventajas de su uso al redactar textos administrativos”, explica la autora, María Luisa Valls Alguacil.
Igual que en la Administración legislativa, debe existir lenguaje incluso en otros niveles. Como el sistema sanitario, independiente de que las competencias sean de las comunidades autónomas. Es el caso del sistema sanitario asturiano, que es analizado por Laura Álvarez García y recomienda modificar muchas de las expresiones actuales. “Las Administraciones públicas, tienen la obligación de emplear un lenguaje no sexista, para así respetar la igualdad de género. Conocer el uso del lenguaje no sexista es fundamental para dar una buena atención a la ciudadanía”.
Formularios no inclusivos, leyes no representativas
Lo mismo pasa a nivel local, hay mucho que hacer. Los ayuntamientos tienen un contacto con la ciudadanía muy cercano que les permite impactar más en temas como lograr un lenguaje incluso. Por eso, recomendaciones como la del Ayuntamiento de Salamanca, son tan importantes. En ellos se desmonta reticencias a usar el lenguaje inclusivo, debatiendo, por ejemplo, la supuesta redundancia de usar el masculino y femenino. Explica que redundancia es cuando se emplean dos vocablos innecesarios, mientras que no usar el femenino invisibilizaba a las mujeres.
Pese a todas estas recomendaciones, que no reglas, se sigue encontrando el uso sexista del lenguaje en la Administración. Formularios donde sólo se usa el masculino genérico, donde las mujeres deben tachar de manera manual el ‘don’ delante de su nombre o donde se siguen encontrando nomenclatura de cargos oficiales en masculino pese a ser mujer la titular. Por eso, desde muchos institutos de la mujer, se pide avanzar en este sentido.
¿Software o educación no sexista?
Con este objetivo, el Gobierno valenciano ha implementado en su sistema la aplicación Themis. Ha sido puesta al servicio de todo el personal administrativo de la Generalitat valenciana con el objetivo de mejorar la comunicación igualitaria desde la Administración. Así, la aplicación revisa todas las comunicaciones -desde textos normativos, comunicaciones internas, disposiciones o cualquier texto administrativo- para detectar el uso no correcto y proponer alternativas.
Un paso adelante aunque no el definitivo. Para empezar, es de las pocas aplicaciones que existen con este propósito pensadas para el ámbito administrativo. Por eso es necesario insistir en la educación no sexista, la presentación por igual de la ciudadanía en todos los altavoces y en la formación en igualdad de las personas vinculadas también a los recursos humanos.
Curso de Comunicación y Lenguaje no Sexista
Curso de Aplicación de la Perspectiva de Género en los RRHH
Laura L. Ruiz, periodista especializada en igualdad