
Revisando las alertas de noticias de los últimos días, me he encontrado con un dato que ha acabado por despertarme del todo. Ni café me ha hecho falta. Es una noticia de El Norte de Castilla, y no sé si el dato se refiere sólo a Castilla y León o a toda España, pero es igualmente impresionante: resulta que el 40 por ciento de las mujeres no percibe ningún ingreso propio. Ahora que lo pienso, no sé por qué me sorprendo tanto, si me sé de memoria que la tasa de actividad de las españolas apenas supera el 51% y una ocupación del 60 % es el objetivo a alcanzar en la Unión Europea, según la estrategia de Lisboa. Pero nunca me había parado a pensar en la dependencia económica total en la que se encuentra buena parte de la cifra invisible de la estadística.
Y una cosa me lleva a la otra. Son mujeres que no generan ingresos porque no están ocupadas… Un momento, ¿qué no están ocupadas? Teniendo en cuenta que nos estamos refiriendo sobre todo a amas de casa, viudas, etc… ¿no están o han estado ocupadísimas sosteniendo a sus familias mientras su marido traía dinero a casa, sí, pero dejaba de pagar decenas ser servicios que hubiera tenido que costear si ella no los hubiera cubierto gratis?
La llamada población ocupada invisibiliza a muchas mujeres que han dedicado su vida al trabajo doméstico y al cuidado familiar, al campo y a atender negocios (sin alta en la S.S.) y que sin duda están muy, pero que muy ocupadas.
También olvida a las mujeres desempleadas de más edad que fracasaron en su búsqueda de empleo y abandonaron el intento y a las que encontraron trabajo, pero tuvieron que dejarlo precisamente para ser «inactivas» cuidando a los suyos, porque sus parejas no se corresponsabilizaron de esta tarea y las empresas que las contrataron no les facilitaron las cosas: resulta que, según el estudio de Castilla y Léon, el 72,4% de las que abandonan su trabajo lo hacen por problemas de conciliación de la familia con la vida laboral. Seguimos viviendo para trabajar (o renunciando a ello) porque el trabajo no nos deja vivir.
Y mientras, todos pensando en cómo mantenemos el sistema de pensiones, que se ha solucionado retrasando la edad de jubilación e ignorando las voces que apuestan por aumentar el número de mujeres en activo (fuera de casa, se entiende), con medidas que no las expulsen del mercado laboral. El cálculo del secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, es que «sería más útil para el futuro de las pensiones incrementar cada año un punto de la tasa de actividad femenina».
Y segunda noticia-bofetón del día: un despido más por solicitar la reducción de jornada tras la maternidad. La Ley de Igualdad no ha impedido que la echen de su trabajo, pero esperemos que al menos impida que quien lo hizo se vaya de rositas.
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Las mujeres van al tajo; los hombres vuelven a casa
2 Comentarios
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Durante el año que estuve «disfrutando» de una excedencia por cuidado de hijos, no encontraba apenas tiempo para mi. La casa, la compra, llevar y recoger a mi otro hijo, llevarlos al parque, comidas, meriendas, cenas, baños ….. Solo fue gratificante por ver crecer a mi pequeño, pero personalmente supuso aparcar mi vida profesional, con un freno que ahora no hay quien lo levante. Por ello habría que hacer un reconocimiento muy especial a todas estas personas que dedican su esfuerzo y sacrificio a su familia, empezando por su propia casa.
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Parece que me han oído: el gobierno acaba de anunciar que aumentará las inspecciones para combatir la discriminación de las mujeres en el empleo
A ver si es verdad…