Resulta que España es el tercer país en el que más desciende en 2011 la intención de las empresas de contratar a empleadas que sean madres, junto con Sudáfrica y EEUU y seguido de Alemania, según un estudio realizado por la firma Regus. De hecho, sólo el 23% de las compañías españolas está dispuesta a hacerlo. Me surge una pregunta entonces: para averiguar los hijos que tiene cada mujer, ¿se siguen haciendo preguntas personales en las entrevistas a las candidatas? (Mira que soy ingenua…) Pero, ¿eso no es ya ilegal? ¿Investigan tu declaración de la renta? ¿Te siguen hasta la puerta del colegio?
Haciendo cuentas: ¿a cuántas personas competentes estamos eliminando de un plumazo del mercado de trabajo con esta estadística? Pues lo que dicen los datos es que al menos el 23% de mujeres en edad laboral no trabaja fuera de casa porque sus responsabilidades familiares no se lo permiten.
¿Por qué las empresas no contratan a madres?
El estudio dice que no se contrata a madres porque se cree que mostrarán menos flexibilidad y tomarán más bajas, a pesar de que el perfil mayoritario del absentista en España es un joven menor de 30 años sin responsabilidades familiares. Las mujeres faltan al trabajo menos que los varones, aunque es cierto que la proporción cambia cuando su etapa profesional se cruza con la maternidad (si es que a eso se le puede llamar absentismo y no «deber de socorro» respecto a los hijos, porque resulta que es obligatorio atender a un accidentado en la carretera pero parece que es penalizable atender a un hijo o a un padre enfermo. Que llamamos absentismo a cualquier cosa…). Lo que también sabemos es que la implantación de medidas de conciliación eficaces en las empresas lo reducen considerablemente, pero claro, es más fácil no contratar a una madre que reorganizar los horarios.
Eso cuando ya son madres, porque cuando están embarazadas directamente la mitad de las españolas está en el paro. Según un estudio de la Fundación Madrina de 2009, si antes de la crisis se despedía a una de cada cuatro mujeres que quedaba embarazada, es decir un 25%, ahora el porcentaje alcanza el 37%, al que hay que sumar el 12% de mujeres que no pueden siquiera acceder al mundo laboral por estar embarazadas.
Además, 8 de cada 10 mujeres madres o gestantes tienen problemas en su trabajo a causa de la maternidad. Todo a pesar del «blindaje» que se supone que garantizó la Ley de Igualdad de 2007, que considera nulos los despidos y rescisiones de contratos de mujeres embarazadas, de baja maternal, en período de lactancia y hasta los 9 meses posteriores al nacimiento, incluso aunque existieran razones objetivas para ello, para lo que se modificó la legislación laboral vigente (art. 122.2 Ley de Procedimiento Laboral)
Siempre que aparecen estas noticias me acuerdo de un reportaje de TVE dedicado a Dinamarca (no encuentro el enlace, lo siento), en el que una española con dos hijas felizmente residente allí cuenta como en su actual trabajo la contrataron estando embarazada. Cuando el reportero le pregunta al jefe si no le importó esta circunstancia, el buen hombre responde desconcertado: «Claro que no. ¿Por qué había de importarme?» Digo yo que parte será cuestión de mentalidad evolucionada y parte debido a las compensaciones económicas que ofrece el gobierno danés a las empresas que cuenten con madres y padres entre sus empleados, que no sólo de igualdad teórica viven las cuentas de resultados, porque la justicia social cuesta dinero. Sólo que algunos países han decidido que merece la pena financiarla.
Como siempre, los padres trabajadores no parecen sufrir efectos negativos a la hora de ser contratados o bien los estudios directamente no tienen en cuenta esta posibilidad porque tampoco los contratadores se lo plantean como una rémora. Total, sólo el 7% de los padres españoles cuida a sus hijos igual o más que la madre. Lo increíble es que estas cifras disparatadas no nos avergüencen como sociedad y que por eso las sigamos tolerando.
5 Comentarios
-
Particularmente siento vergüenza y asco porque esto está llegando a un punto de desfachatez intolerable de todas todas. Pero es verdad que aquí o no podemos o no sabemos dar la cara. Leemos, nos indignamos, difundimos y callamos después.
La falta de ética y moral es un descaro total, y siguen vendiendonos la moto, y seguimos hasta creyendo a veces, porque al fin y al cabo pienso que no actuamos porque saben manipularnos muy bien.
Aquí solo valen los mediocres que no hagan sombra a sus jefes, los hombres que estén disponibles al 100% y las mujeres sin hijos ni pensamiento de tenerlos y que además no sean feas «que eso da mala imagen».
Por favor, hagamos una labor de reflexión y busquemos soluciones!!
-
Me parece brutal los datos que acabo de leer… es increíble que todavía sigamos con este debate… No sólo Dinamarca supera esta situación, lo hacen muchos países y parece mentira cómo somos aquí, incapaces de darle la vuelta a la tortilla y no sólo ver la maldita conciliación que está ahí y no queremos conseguir, sino que podemos promover beneficios a las organizaciones… si es que… me pongo mala!
-
Os comento un caso práctico y real:
En mi empresa somos 15. 2 mujeres en el Dpto. de Administración. Una tiene 30 años y es madre desde hace 2 años, disfruta de una reducción de jornada.
La empresa reduce su facturación un 50%, y desgraciadamente tiene que despedir.
La de 30 años no tiene título universitario, ni habla idiomas. La otra 50 años, con titulo universitario y habla idiomas, necesario para llevar el departamento. Tal y como esta el negocio sólo puede quedarse una. La empresa quiere que sea la más preparada, la de 50. Pero «dicen» que no pueden despedir a la de 30 en los 8 primeros años por ser madre. Es eso cierto?
Si es así tendrían que despedir a la más preparada por la otra. Y en caso de que no pudiera con el trabajo ya que no habla idiomas, tener que soportar dos salarios cuando las cosas no están para ello.
¿Como podemos resolverlo? -
Gracias a todos por vuestros comentarios y perdonad por el retraso en responder.
En cuanto al «caso práctico», no digo que no sea real, pero me parece difícil que se plantee una solución así sin ninguna otra alternativa. Desde luego, los dos despidos dejarían a las trabajadoras en una situación difícil, siendo una treintañera con hijos y otra mayor de 50 años y efectivamente, el cese de la persona con reducción de jornada sería considerado nulo por los tribunales (no sé si la nueva reforma laboral cambia algo en cuanto a la mayor libertad de la empresa de recortar plantilla en caso de pérdidas).
Pero también habría que preguntarse:
– Si en ese departamente se necesitaba una persona con formación superior y manejo de idiomas, ¿por qué contrataron a alguien que no cumplía esos requisitos?
– Si la empresa tiene 15 personas, ¿los recortes tienen que aplicarse exclusivamente en ese departamento?En fin, creo que se debería plantear la cuestión con una visión del escenario un poco más global. En todo caso, muchas gracias por hacernos pensar.
-
Pienso que las administraciones estatales debería tomar más medidas para ayudar con este problema… deberían aumentar las ventajas fiscales y por su parte ayudar a las mujeres. Es un problema social obvio que debería tomarse más seriamente, todas las mujeras (o casi todas) tienen hijos y además necesitan trabajar…