Carlos Slim Helú es un empresario mexicano de ascendencia libanesa, nacido el 28 de enero de 1940 en la Ciudad de México. Licenciado en Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se dice de él que es uno de los hombres más ricos del mundo. Se le calculan unos bienes que ascienden a los 79 mil 100 millones, según Wikipedia. Según Forbes, ocupa el puesto 11 en el ránking de personas más poderosas.
Su actividad tiene una gran trayectoria y es muy diversa. En los años 80, adquirió Cigatam, los fabricantes de los cigarros Malboro. También adquirió Telmex, junto con France Telecom, y actualmente posee acciones en Apple Inc, y posee un 6’4% del periódico The New York Times. Estos son algunos ejemplos de sus empresas, sociedades, posesiones y adquisiciones.
Además de por su fortuna, Carlos Slim también es conocido por la gran variedad de labores filantrópicas que realiza, bien de manera personal o bien a través de las diversas fundaciones que llevan su nombre.
Hechas ya las presentaciones, es el momento de pasar a reflexionar sobre la propuesta que ha hecho Carlos Slim en más de una ocasión. Seguramente lo habréis leído u oído en los medios de comunicación.
Su propuesta es trabajar tres días a la semana con una jornada laboral de once horas. No es la primera vez que lanza esta propuesta. Ya en 2012, durante una conferencia en la sede central de la ONU en Ginebra, planteó este modelo laboral de tres días a la semana trabajando unas «10 o 11 horas, para tener libres otros cuatro días y dedicarlos a la familia, a innovar, cultivarse o crear».
Este planteamiento abre el debate y las reacciones son diversas. En general, una de las primeras cosas que se piensa es en el salario. ¿El salario que se percibe es suficiente para hacer frente a los gastos habituales de una persona o de una familia? La ecuación menos horas + menos días = menos ingresos parece bastante clara y lógica.
Otro tema planteado sería la viabilidad de jornadas laborales de 10 o 11 horas. Parece imposible que un trabajador pueda rendir durante esas 10 horas, como se espera que rinda en su trabajo. De todas formas, hay opiniones que dicen que en muy pocos puestos de trabajo se cumplen esas ocho horas de jornada laboral firmadas por contrato, sino que siempre se excede de ese tiempo.
Uno de los objetivos principales de esta propuesta es reducir el paro. Si cada empleado solo trabaja durante tres días, se necesitarían otros trabajadores para cubrir esos espacios de tiempo y que la empresa pueda dar el servicio a sus clientes.
En el tema de conciliación y de la crecimiento personal, esta propuesta se podría acoger de manera positiva. Se tendrían cuatro días para pasar tiempo de calidad con la familia, poder llevar y recoger a los niños del colegio, acompañarlos a sus actividades, etc. sin tener que recurrir a abuelos y a canguros. Desde el punto de vista del crecimiento personal, tendríamos cuatro días libres para estudiar, dedicarnos a las aficiones que nos apasionan, invertir tiempo en proyectos personales, y demás.
¿Y tú que opinas?