En el Día Internacional de la Prevención del Suicidio se resalta la importancia de la salud mental. Un aspecto que afecta especialmente a las mujeres, quienes cometen más intentos de suicidio.
Segunda causa de muerte entre los jóvenes
Desde 2003, el 10 de septiembre se celebra en el mundo el Día para la Prevención del Suicidio. Una iniciativa que surgió de la OMS (Organización Mundial de la Salud, dependiente de la ONU) y de la asociación internacional IASP. Esta organización cifra en que una de cada cien muertes en el mundo es consecuencia del suicidio. El estigma, los prejuicios y que sea un tabú en muchas religiones o culturas hacen vital hablar de ello y difundir la realidad del suicidio en este día internacional.
Aunque se vea el suicidio como algo ajeno, lo cierto es que es un problema que afecta de manera global a las familias, a las comunidades y a los países. A nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos. Otro dato preocupante es que el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad.
El género, también presente en el suicidio
“El Día Mundial para la Prevención del Suicidio es una oportunidad para crear conciencia sobre el suicidio y promover la acción a través de medios probados que reducirán el número de suicidios e intentos de suicidio en todo el mundo”, explican desde la IASP. Algo muy importante teniendo en cuenta que la tasa de suicidio ha aumentado a nivel mundial en un 60% en los últimos 45 años. A rasgos generales, las mujeres son quienes realizan un mayor número de intentos, los llevados a cabo por los hombres tienen una mayor letalidad. Estas diferencias, así como las especificidades en las formas de pensar y sentir de hombres y mujeres, no han podido ser explicadas aún debido a la hegemonía tradicional de los discursos médico y psiquiátrico en el campo de la salud mental.
“La socialización y el aprendizaje de la masculinidad y la feminidad es un proceso constituyente diferencial de la subjetividad de los seres humanos durante las diferentes etapas de la vida”, explica el doctor Alejandro Barroso en su estudio sobre el suicidio con perspectiva de género. “Por esta razón -continúa-, las expectativas, valores, cualidades y roles asumidos y sancionados socialmente inciden en la forma en que se definen y vivencian los problemas vinculados al propio cuerpo, a las relaciones interpersonales y a la búsqueda de apoyo emocional en un contexto determinado”.
Salud mental, la base de la prevención
Los datos después de la pandemia dejan claro que la relación entre la salud mental y los suicidios consumados es un hecho. Mayor demanda y menos recursos aún que antes. Si en España hay 9,8 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, la media en la Unión Europea y el dato en Reino Unido es de 17,2. En España hay 16,2 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, frente a los 29,9 de media en la Unión Europea. Datos que contrastan con la realidad en España: en 2019 se cometieron 3.671 suicidios, siendo la principal causa de muerte no natural desde que en 2008 superó a los accidentes de tráfico.
Pese a estas cifras, el país no cuenta ni con un plan de prevención nacional ni con una estrategia para paliar las graves deficiencias del sistema sanitario mental. Más aún entre los jóvenes, que son quienes más han padecido la falta de oportunidades, el confinamiento y la depresión. Incluso a nivel infantil, los casos son cada vez más.
Edades y señales que deberían alertarnos
Según los expertos, los motivos y causas que llevan a una persona al suicidio pueden tener que ver con la edad. A los niños y adolescentes les influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, el aislamiento social o la pérdida de un ser querido. El acoso escolar o bullying también está creciendo como causa. Por su parte, en los adultos pesa más la adicción a drogas o la violencia en el entorno familiar, mientras que las personas mayores la depresión, las enfermedades o el dolor crónico pueden llevar al suicidio.
En este Día de la Prevención, los expertos animan a que la sociedad se implique en la detección. Por eso, algunas de las ‘señales’ es hablar del propio suicidio, del deseo de dejar de existir o no haber nacido. Los cambios de humor, el retraimiento extremo o los cambios en las rutinas diarias también pueden ser motivo de preocupación sobre una persona. Otros síntomas más agudizados son conductas autodestructivas, hacerse con medios para el suicidio o despedirse de las personas de una manera definitiva.
El teléfono de la Esperanza
España cuenta con el Teléfono de la Esperanza, 717 00 37 17, que está operativo las 24 horas y todos los días del año. En él proporcionan orientación tanto a las personas con tendencias suicidas como a su entorno.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad