A raíz de un informe publicado por Bloomberg, se ha puesto la atención en un hecho en particular. Donald Trump tiene por costumbre interrumpir a Theresa May a los 5 o 10 segundos de hablar ella. Lo hace para monopolizar la conversación y comenzar con su monólogo. Esto ha dado lugar a que se ponga de manifiesto un comportamiento muy típico en la sociedad. Muchos hombres no dejan hablar a las mujeres. Es un hábito que tiene un nombre. Y por eso te explicamos qué es el Manterrupting, y las consecuencias y formas de evitarlo.
Qué es el Manterrupting
Es un tipo de comportamiento de esos que se denominan “de toda la vida”. Pero es que realmente llevan toda una vida produciéndose. A lo largo de los siglos, las mujeres han sido silenciadas por los hombres. Se ha hecho aunque hayan sabido del tema más que ellos, o sus decisiones hayan sido más acertadas.
Tanto en temas de trascendencia política, como laborales o domésticos. ¿Cuántas veces hemos visto la típica escena, incluso en películas, del marido que toma una mala decisión, la mujer se lo lleva aparte y luego vuelve él con otra de lo más acertada, mientras ella asiente? E incluso nos hemos reído en ocasiones por este motivo.
Pero el trasfondo es realmente serio y no causa risa, pues se trata de un fenómeno de carácter universal que no versa sobre clases sociales, ni razas. Es un problema de género, ya que consiste en que las mujeres son constantemente interrumpidas por los hombres.
Y no solamente en el contexto laboral, ya que les sucede a mujeres de todos los estratos sociales, culturales y profesionales. Pasa con ejecutivas de alto nivel, políticas y empresarias (que supuestamente gozan de mayor poder), amas de casa, académicas, operarias, etc. También en el político, social y doméstico.
Casi todos/as hemos estado en reuniones de amistades o familiares en los cuales están los típicos hombres que hacen callar a las mujeres para expresar su punto de vista, el cual consideran superior. En todos los países y culturas ocurre.
Casos célebres de manterrupting
De hecho, son numerosos los casos famosos que conocemos. Como por ejemplo Katharine Graham, editora y presidenta de la empresa The Washington Post Company desde los años 40 hasta su muerte.
Su autobiografía la hizo ganadora de un Pulitzer y ha sido llevada al cine en la película de “The Post”. En ella hacía memorizar sus propuestas e ideas a un empleado masculino para que este las expusiera y de este modo no ser interrumpida y poder llevarlas a cabo con la aprobación de la junta compuesta íntegramente por hombres.
Theresa May y Donald Trump, Kanye West y Taylor Swift durante la ceremonia de los Grammy… Hasta la famosa CEO de Facebook, Sheryl Sandberg, sufre la impotencia de no poder hablar sin ser interrumpida en un mundo predominantemente masculino.
Incluso una viñeta de Katzenstein realizada para el periódico New Yorker se ha hecho famosa porque en ella se ve a un hombre diciéndole a una mujer “déjame interrumpir tu conocimiento experto con mi confianza en mí mismo”.
Hasta se ha creado una aplicación denominada Woman Interrupted que cuenta las ocasiones en las que una mujer es silenciada por hombres durante cualquier tipo de reunión.
Consecuencias del Manterrupting
- Pérdida de un valioso tiempo. Si una mujer tiene algo que decir, tiene más conocimientos y sabe más del tema, el que la interrumpan para decir algo que ya sabe, únicamente conlleva una pérdida de tiempo que implicará retraso en el logro de resultados.
- Pérdidas de buenas ideas y resultados. Si se calla a una mujer y no se la escucha, sus propuestas se pierden. Así, las buenas ideas y los buenos resultados que conllevan, también.
- Desperdicio del talento. De qué sirve el talento si no se puede mostrar, ¿no?
- Se mantienen los prejuicios.
- Ausencia de participación de las mujeres en la vida profesional, económica, cultural y social… Todo ello conlleva auténtico retraso.
Cómo evitar el Manterrupting
Es fundamental no consentir estas actitudes. Para ello, lo más adecuado es usar expresiones tajantes para indicar que no continúen las interrupciones. Así se avisan de que están repitiendo lo mismo que has dicho o explicado. Es decir, que no es necesario caer en la redundancia. Y en último término, tomar las decisiones de manera unilateral.