Desde la llamada histeria, hasta los electroshock. Desde la terapia feminista a la depresión por el sistema patriarcal. Dos caras de la misma moneda de cómo se ha tratado a la mujer en la psiquiatría y en la psicología clínica.
Ellos genios, ellas locas
Mientras que en los hombres, cierto grado de locura era genialidad para los artistas, para la mujer siempre fue una condena. Poetas, escritoras, artistas, amas de casa que no eran felices o jóvenes rebeldes, fueron encerradas en hospitales psiquiátricos, alegando que padecían lo que se conocía como histeria femenina, siendo sometidas a todo tipo de prácticas excesivas, prácticas que hoy están desterradas.
Mucho costó desterrar la imagen que autores como Sigmund Freud o John B. Watson crearon de las mujeres: inferiores mentalmente. Con el desarrollo del feminismo y de una sociedad más igualitaria, la lucha por la salud mental (y la medicina en general) de las mujeres ha avanzado mucho. Desde las terapias feministas para señalar el origen de muchas enfermedades mentales como la depresión, hasta la revolución del ‘feminismo loco’.
La histeria, la extirpación del clítoris o el útero ardiente
La llamada ‘histeria’. Los primeros padres de la psicología y la psiquiatría en el siglo XIX, diagnosticaron así de forma mayoritaria a muchas mujeres victorianas. ¿Los síntomas? Desde mareos, desfallecimientos, insomnio, espasmos, irritabilidad y dificultad para respirar, hasta lo que ellos llamaban ‘tendencia a causar problemas’. Si un hombre sufría estos síntomas, el diagnóstico (y el trato médico) era muy diferente.
A las mujeres diagnosticadas así, se les daba por hecho que sufrían de una represión sexual. De hecho, se consideraba que el útero era el origen de prácticamente todo mal femenino. Tanto es así, que la prescripción en la medicina medieval y renacentista era el coito si estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y el masaje de la zona genital. Más drástico fue después, cuando se llegó a extirpar el clítoris o los ovarios.
Desmontando la psiquiatría patriarcal
El movimiento feminista y los profesionales médicos avanzaron para desterrar la histeria como una enfermedad. En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría reconocía oficialmente que la histeria femenina no era una enfermedad, sino un mito obsoleto, que provocó más patologías que la propia histeria inicialmente diagnosticada, pues se les llegó a practicar incluso electroshock. Aún así, la RAE no dejó de legitimar que la histeria era “una enfermedad nerviosa, más frecuente en la mujer que en el hombre” hasta 2018.
Muchas de estas mujeres, afectadas para siempre, eran creativas, mujeres que se salían de lo común o que querían tomar las riendas de su propia vida. Todas aquellas acciones e ideas; desde la orientación sexual, hasta el propio aspecto, que no se ajustaran al rol de género, constituían una clara evidencia de enfermedad mental. Transgredir los roles salía caro y conducía irremediablemente a este diagnóstico.
Feminismo transversal, la cura
Aun así, se siguen asociando ciertos trastornos de tipo emocional a mujeres, como la ansiedad y la depresión, sobre todo la primera. De hecho, hoy en día la frase “eres una histérica” sigue siendo bastante utilizada asociada a ciertas conductas que se presuponen típicas de “una mujer histérica”.
Por eso se hace más necesario que nunca y de forma transversal como en otras áreas, el feminismo. “Es imprescindible para las psicólogas clínicas entender, conocer, saber e incluso practicar el feminismo porque la conducta humana está muy influenciada por los roles de género”, afirma Amanda Ortiz Gabaldón, doctoranda en Psicología por la Universidad de Almería y sexóloga, en el artículo de María Rodríguez Rodulfo en la revista La Poderío.
Terapia feminista y ‘feminismo loco’
Como indica Tatiana Castillo Parada en su trabajo ‘De la locura feminista al “feminismo loco”, los cambios en la psiquiatría y en la psicología han ido de la mano de las olas feministas. El movimiento feminista ha revolucionado el campo de estudio de la subjetividad de las mujeres desde una perspectiva crítica. “Se ha descrito la relación mujer y locura en términos políticos y sociohistóricos, cuestionando los planteamientos que han abordado la temática desde una mirada esencialista y naturalista”. La desigualdad y la opresión como causa de muchos males, no el útero.
Por eso, la aparición de la terapia feminista reivindicando que las circunstancias sociales, incluso el capitalismo, afectan a la salud mental de la mujer han estado en auge. También la llamada revolución del ‘Feminismo loco’. Una reivindicación desde las mujeres en el ámbito de la salud mental donde ellas pueden reclamar sus propias historias y concepciones alternativas de la locura desde una lógica separatista, con exclusión de profesionales.
Britney Spears y su ‘liberación’
Para muchos el caso más contemporáneo de esta forma de entender la salud mental de las mujeres, ninguneadas, consideradas como inferiores y tuteladas es el de la cantante Britney Spears. Este pasado mes de septiembre la justicia acabó con el tutelaje de su padre tras 13 años ejerciéndolo. No solo manejaba el dinero de la cantante y todos su bienes, si no que decidía qué conciertos daba, qué trabajos realizaba, incluso era obligada a tomar medidas anticonceptivas ante la negativa de su padre en que tuviera más hijos.
Así, con esta sentencia acaba una época y empieza otra. Un tutelaje que despertó en el mundo entero un movimiento de apoyo a la cantante que pedía su liberación bajo el nombre de #FreeBritney. Miles de personas, agrupaciones feministas e incluso juristas no entendían que una situación así se pudiera dar en el caso de un hombre.
Laura L. Ruiz, periodista experta en igualdad