Hace un par de días apareció en varios medios de comunicación una noticia titulada «Cinco Apps que no debes pasar por alto si vas a ser mamá«. El contenido de la noticia, que es el mismo en todas las ediciones, es un claro ejemplo de cómo el lenguaje no sólo no es neutro, sino que refleja y condiciona nuestra forma de pensar. El lenguaje utilizado en la redacción del artículo y la realidad descrita comparten un mismo adjetivo: sexista.
El castellano es una lengua viva y se transforma a la par que la realidad que describe, pero también es cierto que puede ser un instrumento muy útil para acelerar el cambio social. De la misma manera que no se puede nombrar lo que no existe —nadie pensaba en corresponsabilidad en la España de los años 60—, si usamos un lenguaje sin sesgos de género estaremos favoreciendo una sociedad más igualitaria. Hablamos de corresponsabilidad.
El título de la noticia deja claro que su contenido, en principio, se dirige a las madres pero a continuación aclara que las nuevas tecnologías han facilitado el trabajo al hombre —no se sabe si se refiere a los varones o a toda la humanidad— y que ahora es también un “gran aliado para los padres primerizos”, tampoco en esta parte del texto se sabe si se refiere sólo a los padres o se incluye también a las madres primerizas.
Se podría entender que quien escribe utilizada el masculino como genérico, pero si fuera así es difícil de comprender porque a partir del primer párrafo los hombres desaparecen escena y las mujeres se convierten en las únicas protagonistas: “si vas a ser mamá por primera vez, tienes que conocer las cinco aplicaciones que te ayudarán en el día a día»; el Baby Tracker, ideal para madres primerizas, “te ayudará a tener un seguimiento de los hábitos diarios de tu bebé, su alimentación, cambio de pañales, horas de sueño y logros en su desarrollo”; “cuando eres mamá ir al supermercado se puede convertir en un odisea».
Fácilmente se concluye que si bien las nuevas tecnologías han ayudado a toda la humanidad, hombres y mujeres, las Apps que facilitan el cuidado de los menores van a beneficiar exclusivamente a las madres, que son quienes se encargan del cuidado de los bebés.
Se piensa equivocadamente que el uso del lenguaje neutro —no sexista— consiste en emplear constantemente “las” y “los” y “as/os” hasta el aburrimiento, pero no es cierto. El uso de un lenguaje neutro sin sesgos de género va más allá; consiste en superar, cuando escribimos y hablamos, la ideología patriarcal que subyace en el inconsciente de todos y todas y que tan sabiamente nos ha impuesto.
Nuestra propuesta: intentar redactar el artículo con otro tipo de lenguaje; un lenguaje alejado de los estereotipos de género e inclusivo que atribuya a mujeres y hombres la misma condición como progenitores. En el supuesto texto alternativo los padres también disfrutan del cuidado de sus hijas e hijos.