Ya hemos pasado el momento del parto, nos hemos adaptado a nuestro bebé y nuestro bebé a nosotros. Cuando todo parece haberse normalizado, se termina el permiso de maternidad o paternidad y debemos volver al trabajo.
¿Qué sucede en ese momento? Se necesita hacer una readaptación de horarios y ritmos, y hay una serie de cuestiones a tener en cuenta.
En el plano emocional, sobretodo en el caso de las mujeres, pueden aparecer emociones y sentimientos diferentes y, tal vez, contrapuestos y ambiguos. El sentimiento más frecuente es el de la culpabilidad, por dejar a un bebé tan pequeño con una niñera, en una guardería o con los abuelos. Ese sentimiento de culpabilidad también puede aparecer por sentir ganas de volver al trabajo. No es nada extraño que una mujer que ha dedicado grandes esfuerzos a labrarse una carrera profesional, tenga ganas de volver al trabajo.
Se puede sentir cierta desconfianza en nuestras habilidades, conocimientos y experiencia. La maternidad cambia a las personas, pero si antes de ella se era un buen profesional, ahora también será así.
Sobretodo pueden aparecer dudas. Tener un hijo o una hija cambia los prismas de visión y las prioridades. Puede darse el caso de no saber si se desea volver al mundo laboral. Esta decisión debe ser muy meditada, ya que cuanto más tiempo se pasa fuera del mercado laboral, más complicado se hace el retorno.
En el plano laboral, la desinformación acerca de las opciones que se tienen es el peor enemigo. Además, de los permisos de maternidad y paternidad, hay una serie de derechos que se deben contemplar.
Tanto el padre como la padre, tiene derecho a optar a una hora de ausencia del trabajo (37.4 ET) por lactancia, si el hijo es menor de nueve meses. Esta hora se puede fraccionar y sustituir por una reducción de treinta minutos en el horario laboral o acumular tiempo para librar jornadas completas.
Si el trabajador tiene un antigüedad de más de un año (46.2 ET), se puede solicitar una excedencia voluntaria de entre cuatro meses y cinco años.
Si se desea volver al trabajo, debe prepararse lo mejor posible, incluso antes del nacimiento del bebé. Por ello, es recomendable seguir las siguientes recomendaciones.
– Acordar con la empresa, tiempo antes del retorno, los horarios y las condiciones de la nueva situación laboral.
– Buscar guarderías o niñeras con tiempo, que se adapten a nuestras necesidades y exigencias, además de a nuestro bolsillo.
– Si el bebé se queda a cargo de familiares, la organización de horarios es esencial.
– Dejar a un lado sentimientos negativas como la culpabilidad, que solo provocará sentir más presión.
– Aprovechar el tiempo. Rendir en las horas de trabajo, y disfrutar del tiempo con la familia. Pensar en el trabajo cuando se está con el bebé, y pensar en el bebé cuando se está en el trabajo solo nos proporcionará estrés y preocupaciones evitables.
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1 Comentario
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La vuelta al trabajo tras el nacimiento de un hijo es bastante costosa en muchos casos, por lo que gracias a los días de paternidad y maternidad, los padres pueden, en mayor o menor medida, adaptar su entorno a ese nuevo miembro de la familia.
Un saludo